El Arzobispo italiano Vincenzo Paglia, Gran Canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, abordó de manera indirecta la controversia que rodea a esta casa de estudios en una conferencia que dictó el 3 de septiembre en la Loyola Marymount University en California, Estados Unidos.
En los últimos meses alumnos, exalumnos y profesores del Instituto han criticado los nuevos estatutos que establecen, entre otras cosas, que el desarrollo del currículo y las contrataciones de nuevos profesores estén bajo el control absoluto de Mons. Paglia, cuando antes había una mayor participación de los docentes para garantizar su idoneidad.
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Las reacciones también se han centrado en la decisión del Instituto de ya no contar con dos connotados profesores: Livio Melina, expresidente del Instituto y el primero en obtener un doctorado en este centro; y José Noriega, conocido por su línea favorable a las encíclicas Humanae vitae de San Pablo VI y Veritatis splendor de San Juan Pablo II.
Melina tenía a su cargo el curso de teología moral fundamental, una cátedra que ha sido eliminada por los nuevos estatutos. Esta medida también fue criticada por el vicepresidente del Instituto, P. José Granados.
A finales de julio el vicepresidente del Instituto señaló que con el motu proprio Summa familiae cura de 2017, el Papa Francisco expresó su deseo de "acoger el Instituto, ampliarlo, promoverlo, como nos dijo desde el principio Mons. Sequeri", actual presidente de la casa de estudios. "Pero en el último momento ha aparecido algo que no tenía que ver con el trabajo común realizado, por sorpresa y en pleno verano (...). Nos ha dejado estupefactos", expresó.
En su ponencia del 3 de septiembre, Mons. Paglia recordó que enero de este año el Papa Francisco envió a la Pontificia Academia para la Vida una carta en ocasión del 25° aniversario de la institución que preside el Arzobispo italiano.
Mons. Paglia señaló que en su carta titulada Humana communitas (Comunidad humana) "el Santo Padre buscó darnos una base teológica sólida y amorosa para el trabajo de la Academia que nos permita responder y superar las preocupaciones y dudas que han surgido por la renovada estructura de la Academia, y debo añadir de su entidad hermana, el Pontificio Instituto Juan Pablo II".
"Entonces mi mensaje hoy es que para entender la misión que el Santo Padre ha dado a la Academia, y al Instituto, tenemos que entender que mientras la ciencia y la tecnología contribuyen al bien general del hombre y al cumplimiento del plan de Dios para la salvación, y que nuestros miembros y programas seguirá ofreciendo soluciones a preocupaciones sociales específicas, ahora tenemos que trabajar más ampliamente –hacia un entendimiento y aprecio de la vida misma– que es la mayor expresión del amor que es Dios", resaltó el Arzobispo.
En otro momento de su ponencia, Mons Paglia indicó que "tenemos que dejar claro lo que el Papa quiere de la Academia, y del Instituto: ampliar su campo de reflexión, sin limitarse a abordar 'situaciones específicas de conflicto ético, social o legal', articular una antropología que establezca las premisas prácticas y teóricas para una 'conducta consistente con la dignidad de la persona humana' y asegurarse de que tiene las herramientas para examinar críticamente 'la teoría y la práctica de la ciencia y la tecnología mientras interactúan con la vida, su significado y su valor'".
En la parte final de su conferencia, el Arzobispo pidió recordar lo que el Papa Francisco "le ha pedido hacer a la Academia". Por ello "tenemos que ingresar con sabiduría y audacia en el campo de la bioética para que podamos comprender nuestra herencia de fe con una racionalidad que es digna del hombre".
"Por esta razón la Academia y el Instituto, sin abandonar en forma alguna la tradición y los logros de sus fundadores, participarán en el diálogo con todos para que el desarrollo y el uso de los extraordinarios recursos de los que el Papa habla estén orientados hacia la promoción de la dignidad de la persona y la familia humana a la luz del divino y apasionado amor que le dio el ser y la lleva con seguridad a casa", concluyó.
Propuesta para superar difícil situación del Instituto
Cuatro profesores del Instituto Juan Pablo II, entre ellos su vicepresidente, hicieron una propuesta para superar "la difícil situación" de la casa de estudios, y así mantener su alto perfil académico y reputación internacional.
La propuesta fue entregada por los profesores Juan José Pérez-Soba, Stephan Kampowski, Alexandra Diriart y José Granados, vicepresidente del Instituto, en una carta con fecha 27 de agosto enviada a Mons. Paglia. Los expertos brindaron al Grupo ACI el contenido de la misiva el 3 de septiembre.
La propuesta consiste en mantener la cátedra de teología moral fundamental con el profesor Livio Melina, expresidente de la casa de estudios; y mantener también al P. José Noriega,
Los expertos también sugieren crear una segunda cátedra de teología moral, que sería teología moral del acompañamiento, para insertar en ella la propuesta pastoral de la exhortación apostólica Amoris laetitia del Papa Francisco.
En su carta, los profesores afirman que "grande fue nuestra sorpresa cuando vimos que, en la aprobación de los nuevos estatutos, la efectiva interpretación del motu proprio" Summa Familiae Cura, con el que el Papa Francisco inició la refundación del Instituto en 2017, resultaba "contraria a la que continuamente se nos había ofrecido".
"En vez de eso pudimos constatar que el motu proprio fue usado como excusa legal para hacer cambios al interior del Instituto sin respetar el paso, normal en una institución académica, a través del diálogo con el cuerpo docente. De este modo se nos privó de dos de nuestros docentes ordinarios en sus cátedras, hecho inaudito en el mundo universitario", lamentaron.