Los católicos acudieron masivamente a las iglesias del norte Filipinas para participar en las Misas, desafiando las amenazas de ataques terroristas del Estado Islámico (ISIS) contra las "ciudades e iglesias cruzadas".

Así, según informó UCA News, en la ciudad de Manaoag, en la provincia de Pangasinan, los católicos asistieron a las Eucaristías.

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Previamente, las autoridades filipinas habían colocado a la Basílica Menor de la Virgen del Santísimo Rosario, el popular lugar de peregrinación de la ciudad, bajo estricta seguridad.

Un memorando militar, filtrado a los medios la semana pasada, citó un "posible ataque terrorista" en varias áreas del norte de la isla de Luzón, donde se encuentra la ciudad de Manaoag.

El memorando señaló que una "ciudad cruzada" con centros de negocios e "iglesias cruzadas" en el norte de Luzón eran consideradas objetivos.   

El documento indicó que ambos términos son usados por el ISIS cuando describe objetivos para incentivar la "guerra entre musulmanes y cristianos", señaló UCA News.

Así, como medida de seguridad, el domingo 11, soldados y policías fuertemente armados fueron desplegados alrededor de la iglesia en Manaoag. El sacerdote dominico Anthony Eudela, prior de la basílica, dijo que se sentía "abrumado" por la gran asistencia a pesar de la amenaza.

"Estoy feliz de que la gente pruebe que su fe es más fuerte que su miedo", dijo el sacerdote. "No cancelaremos las Misas ni las acortaremos. Simplemente rezamos, rezamos y rezamos, no queda nada más [por hacer]", añadió.

Por su parte, un grupo de musulmanes mostró su apoyo a sus vecinos cristianos al ir a la basílica con pancartas que condenaban el terrorismo.

Guialoson Kadir Macmod, un líder de la comunidad musulmana, dijo que dejaron de lado su celebración de "Eid'l Adha", una importante fiesta islámica, porque "era más importante para nosotros mostrar nuestro apoyo".

"Nos entristece cuando el terrorismo se identifica con el islam, el terrorismo no es islámico", dijo Macmod.

El arzobispo Martin Jumoad de Ozamiz agradeció a los musulmanes y expresó su esperanza de que la observancia de Eid'l Adha "nos haga conscientes de que nuestra vida está destinada a servir a los demás y esto implica sacrificio".

"En esta vida, tenemos el desafío de hacer sacrificios por el bienestar de los demás", dijo.

La alerta terrorista se produjo casi siete meses después del bombardeo de una catedral católica en la provincia sureña de Sulu el 27 de enero.

Las explosiones llevadas a cabo por combatientes inspirados en el Estado Islámico, dejaron 22 personas muertas y más de un centenar de heridos.