El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña expresó su preocupación por la reforma migratoria que se estudia en el Parlamento y pidió que esta sea humana y respetuosa de los derechos de los migrantes y refugiados, a quienes no se les debe ver como una amenaza o responsabilizarlos de los males sociales que afectan al país.
Los obispos emitieron su comunicado luego que la Comisión de Gobierno, Justicia y Asuntos Constitucionales de la Asamblea Nacional aprobó el anteproyecto de ley N°22 de la diputada Zulay Rodríguez que busca establecer un control migratorio.
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Según la parlamentaria, en los últimos años muchos extranjeros han abusado de las bondades de Panamá. "Nos han quitado y nos están robando nuestro país. Los excluidos somos nosotros, así que ya vamos a tomar determinaciones. No podemos permitir el ingreso de personas que no conocemos", expresó.
Rodríguez también dijo que los extranjeros están desplazando laboralmente a los panameños.
En su comunicado, los obispos reconocieron que el debate sobre las reformas de las leyes migratorias "ha generado tensión entre algunos sectores de la sociedad". Sin embargo, llamaron a no ver a los migrantes como una amenaza, pues "son personas que están buscando mejores condiciones de vida a causa del desplazamiento forzado, la trata humana, la violencia, la pobreza, la persecución política y el terrorismo".
"No podemos responsabilizarlos de los males sociales que nos afectan como país. Más bien debemos buscar caminos de encuentro, de diálogo y de paz que nos hagan crecer en fraternidad y solidaridad, expresaron.
Recordaron que el Papa Francisco ha señalado que "la Iglesia observa con preocupación el resurgimiento, en casi todas partes del mundo, de corrientes agresivas hacia los extranjeros, especialmente los inmigrantes".
Los obispos panameños indicaron que son "conscientes de la necesidad de una política migratoria integral del estado panameño, que respete los derechos y la dignidad de los migrantes y refugiados".
Sin embargo, señalaron que "esto exige un análisis a partir de datos oficiales, de la revisión de leyes y decretos vigentes sobre migración, para adoptar políticas públicas migratorias que garanticen la paz, la solidaridad con los desvalidos, la seguridad y el respeto mutuo entre todos los habitantes de nuestro país".
Panamá "ha sido históricamente un país de tránsito, conformado por migraciones, unas forzadas y otras animadas por la búsqueda de una mejor calidad de vida".
En ese sentido, recordaron, el país "siempre ha mantenido sus brazos abiertos para recibir a personas de todo el mundo y este espíritu de solidaridad y fraternidad debe fortalecerse, especialmente en estos momentos".