La Jornada Nacional de la Juventud (JNJ) se llevó a cabo en las diócesis de Cuba de forma exitosa del 1 al 4 de agosto del 2019, a pesar de algunos contratiempos que fueron originados por la crisis económica y las restricciones del Gobierno.
En un principio, la única sede del evento iba a ser la Arquidiócesis de Santiago de Cuba; sin embargo, las consecuencias de la crisis económica que afronta la isla hizo que la Iglesia local replanteara el evento y lleve su realización a cada una de las once diócesis. A esta dificultad se sumó la prohibición del Gobierno comunista para que se pudieran realizar actividades fuera de los templos (a excepción de Santiago de Cuba), como fue el caso del Vía Crucis.
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En declaraciones a ACI Prensa, Daniel Eduardo Rosales Cala, miembro de la Pastoral Juvenil y de la comisión de Liturgia de Santiago de Cuba, explicó que "a pesar de tantas limitaciones la jornada se vivió en comunión con los otros jóvenes de Cuba" en un "ambiente de oración, de compartir y de celebrar con alegría".
"Los fieles en estos cuatro días, entre jóvenes, adultos y ancianos, vivieron la jornada con la alegría de saber que Cristo ha resucitado y que todo lo que hacemos es para gloria suya. Esto se evidenciaba en cada rostro y en el apoyo que nos ofrecíamos", indicó.
El mensaje más resaltante durante las charlas, catequesis y homilías de la JNJ, según señala Rosales, fue el "llamado de Dios para los jóvenes" y de la Virgen María como "discípula, misionera, la que acogió el mensaje de Dios en su vida".
El joven contó que en Santiago de Cuba se realizaron muchas actividades, como la inauguración en la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, donde se reunieron todos los jóvenes de Santiago, Guantánamo, Baracoa, Bayamo y Manzanillo. Además, el sábado 3 de agosto se realizó un Vía Crucis desde la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús hasta la Catedral.
"Otra actividad que realizó mi parroquia fue una misión a los barrios marginales de la ciudad. Al poblado de El Cobre fuimos a dejar el mensaje de Cristo e invitarlos al Vía Crucis que se realizaría esa tarde", sostuvo Rosales.
Ese mismo sábado, cerca de 800 jóvenes rezaron el santo Rosario y se dirigieron en procesión desde el lugar donde estuvo ubicada la antigua parroquia hasta la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. En el lugar se realizó una Adoración Eucarística, confesiones, la celebración de la Misa y finalmente una Vigilia. El domingo 4 de agosto se celebró la Misa de clausura de la JNJ en la misma basílica.
La hermana Iyala, religiosa de las Hijas de la Caridad y organizadora de la JNJ en La Habana, la capital de Cuba, dijo ACI Prensa que la JNJ se empezó a vivir desde el momento en "que los obispos compartieron la noticia de que se ampliaba la sede de la misma a todas las diócesis del país".
"Desde ese momento todos comenzamos a soñar, rezar y trabajar. Y eso ha sido hermoso; para mí, la mayor riqueza. Estos cuatro días fueron una fiesta. Los jóvenes lo vivieron intensamente y con profunda alegría, algo de búsqueda y deseos de asumir el futuro. Estaban felices de compartir la fe y la vida, de testimoniarla", resaltó la religiosa.
Asimismo, dijo que "es estremecedor mirar la alegría de sus rostros y luego en las redes un torrente de signos de ella, también la disposición y acogida de las comunidades y las familias para compartir lo que tienen y son".
Acerca de las dificultades para realizar la jornada, aseguró que las "acogieron con mucho ánimo" porque "nada puede contener la Vida". "La luz solo puede alumbrar y Jesús es nuestra Luz", agregó.
"Ante los 'no' y las dificultades, la fe vivida por los jóvenes, gritó; el testimonio cantó; la alegría contagió y el amor perdonó. La comunión de los jóvenes abrazó a Cuba desde dentro", dijo la hermana Iyala.
La religiosa asegura que la JNJ "avivó la vocación cristiana en los jóvenes porque les ayudó a renovar su encuentro con Jesucristo" y renovar "renovó su llamada Bautismal a la Vida, a ser amigos de Jesús y a vivir como Él".
Sobre las actividades en La Habana, comenta que se realizaron catequesis en distintas parroquias y misiones por las calles de la ciudad. También dijo que hubo un Vía Crucis en la noche del segundo día (2 de agosto).
Hubo una "Eucaristía jubilar por el aniversario 500 de la ciudad, precedida de Rosario y en la tarde un ralling 'La Habana contada por sus personajes' en las iglesias de la Habana Vieja. Feria vocacional y feria del perdón, concluyendo el día con una hermosa Vigilia en el Centro Cultural Félix Varela. Terminamos el domingo con la eucaristía de envío en la Catedral", contó la religiosa.
Refiriéndose a lo más resaltante de la JNJ 2019, la hermana Iyala reconoció el proceso de preparación en cada diócesis y de "encontrar en los jóvenes la alegría de pertenecer a Jesucristo y de vivir su fe, querer vivir siendo sus amigos y eso puede ser el camino de esperanza para este pueblo que camina tan desesperanzado".
"Quisimos que JNJ Santiago fuera luz, reflejo de la luz de Cristo, fuera faro que iluminara a Cuba desde dentro y Dios permitió que la JNJ fuera un montón de fueguitos encendidos en el corazón de los jóvenes que refieren a Cristo e iluminan a Cuba desde dentro. Ha sido Él quien lo ha hecho y ha visto como e en el Génesis 'que ha sido muy bueno'", añadió la religiosa.