Mons. Juan Carlos Elizalde, Obispo de Vitoria (España) presidió la celebración de la Misa por la festividad de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria, en la capilla de la iglesia de San Miguel.
El Obispo de Vitoria felicitó a los vitorianos por la festividad que "hoy nos empapa por todos lados" y que es "una jornada especial para todos".
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Por eso animó a dejar de lado "nuestras pequeñas diferencias para centrarnos en lo que nos une y que es motivo de alegría".
"Todos y cada uno de nosotros tenemos dificultades y nos enfrentamos a tensiones como también las tuvo Jesús en sus diferentes momentos de su vida. María nos enseña la solución: confiar en la voluntad de Dios y pasar por el corazón todo discernimiento que nos ayude a reflexionar y a destensar las situaciones difíciles y los conflictos", aseguró Mons. Elizalde.
También recordó que "ser cristiano no es simple y supone afrontar la duda, la perplejidad, muchas dificultades y zancadillas".
"Ser cristiano es habitualmente contracultural. Es bueno asumir la tensión y el conflicto como condición de crecimiento", afirmó el Obispo y recordó que "María es maestra en el arte del discernimiento. Una madre sabe equilibrar. Una vida sin retos no existe".
Ante la situación de bloqueo político que sufre España por la imposibilidad de formar gobierno tras las elecciones, Mons. Elizalde animó a los políticos a superar "los intereses particulares" y pidió ayuda a Nuestra Señora la Virgen Blanca para llegar a acuerdos que permitan solucionar "muchas situaciones injustas" como son "la conciliación laboral y familiar como reto de nuestra sociedad que tan a prisa camina, las necesidades de los más vulnerables y en especial de los inmigrantes que en muchas ocasiones carecen de vivienda pese a la cantidad de casas vacías".
En ese sentido el Obispo de Vitoria aseguró que confía en que "estemos dispuestos a aliviar estas situaciones" y veamos los "beneficios de buscar un entendimiento que equilibre y nos haga afrontar los retos con ilusión y colaboración entre las partes".
Además animó a que las tensiones sirvan como "oportunidades de crecimiento y mejora personal y comunitaria, donde saquemos lo mejor de nosotros mismos y logremos que Vitoria sea ejemplo de convivencia y diálogo continuo".