Un experto en bioética respondió a los serios problemas que genera la investigación con embriones híbridos de humanos y animales, que promueve el científico Hiromitsu Nakauchi en Japón y que podría contar con el financiamiento del gobierno del país asiático.
Nakauchi es director del Centro de Biología Celular Estaminal y Medicina Regenerativa de la Universidad de Tokio y jefe del Nakauchi Lab de Stanford.
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El científico planea investigar primero con ratones y ratas durante dos años y, de aprobarse la investigación y el financiamiento, crearía luego embriones híbridos de humanos y cerdos que podrían durar hasta 70 días.
El P. Tad Pacholczyk, director de educación del Centro Nacional Católico de Estados Unidos, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que la investigación de Nakauchi consiste en implantar células humanas en embriones de animales como cerdos y ovejas para generar corazones, riñones y otros órganos humanos en esos animales, que puedan servir luego para trasplantes.
"El objetivo es lograr que una especie genere un órgano para la otra y no exactamente 'combinar' dos especies en una para generar una tercera", explicó. Sin embargo, el experto subrayó que una investigación de este tipo no debería usar ni destruir embriones humanos.
El experto alertó que una investigación que atenta contra los embriones humanos es siempre moralmente inaceptable, ya que involucra "la destrucción a propósito de seres humanos para servir a los intereses de otros que son más grandes en edad y que tienen dinero".
En el año 2000, la Pontificia Academia para la Vida publicó la "Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas", que señala que "sobre la base de un análisis biológico completo, el embrión humano vivo es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto humano con una identidad bien definida" y por lo tanto "tiene derecho a su propia vida. Por consiguiente, cualquier intervención que no sea en favor del embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho".
Pacholczyk explicó que "las células humanas por lo general no crecen bien en cerdos u ovejas, debido a la distancia evolutiva, por lo cual se necesita 'trucos' adicionales y manipulación genética para que el proceso funcione".
"Además, también existe la posibilidad de la transmisión de virus de animales como los cerdos a los órganos humanos", advirtió.
El especialista indicó que en vez de usar embriones se puede usar células estaminales adultas, obtenidas de la médula ósea, o lo que se conoce como células estaminales pluripotentes, que son también células adultas reprogramadas genéticamente para que tengan el estado similar al de las células embrionarias.
El experto dijo que "este tipo de investigación puede hacerse de manera ética que permita además obtener avances científicos; o puede hacer de forma no ética resultando en algo dañino y controvertido desde el aspecto científico".
Sobre este tema, la revista Nature señala que algunos especialistas en bioética también han advertido que las células humanas pueden ir en su desarrollo más allá del órgano donde se alojen y pasar hasta el cerebro del animal, lo que afectaría su proceso cognitivo.
Al respecto el P. Pacholczyk alertó que en cualquier caso, se debe cuidar que en las quimeras producidas –animales híbridos– se evite la réplica de pilares esenciales de la identidad humana en animales, como el sistema nervioso.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA