Benish Imran es una niña cristiana de 14 años que, tras ser secuestrada, obligada a convertirse al islam y a casarse con su secuestrador, declaró haber actuado por voluntad propia. Sin embargo, sus padres denuncian lo contrario.
De acuerdo con la agencia Asia News, la adolescente “declaró que tenía 19 años y que se había casado voluntariamente”. Sin embargo, sus padres y la CLAAS (Centre for Legal Aid, Assistance and Settlement), organización que proporciona apoyo legal gratuito a víctimas de la intolerancia religiosa en el país, y que el 25 de julio denunció el caso, la joven “sufre amenazas de muerte”.
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La niña fue raptada el pasado 2 de julio por el musulmán Waheed Ahmed, quien la obligó a dejar su fe. Un día después, Imran Masih, el padre de Benish, acudió a la comisaría policial y denunció la desaparición de su hija.
Días después la policía le haría saber a los padres sobre la existencia del certificado de conversión y de matrimonio de su hija, quien tenía que “comparecer delante del magistrado del distrito de Lahore para registrar su declaración al día siguiente, el 12 de julio”.
A la citación asistieron la niña, acompañada de su marido, y el abogado de CLAAS en representación del padre de Benish. Durante la audiencia, el abogado decidió impugnar la boda. Sin embargo, la menor declaró que tenía 19 años de edad y que su conversión a la religión islámica y su matrimonio fueron hechos por propia voluntad.
Como consecuencia, el letrado presentó el verdadero certificado de nacimiento, que data del 8 de octubre de 2005. En ese sentido, enfatizó que una menor de edad no tendría que haber contraído matrimonio “ni siquiera por su voluntad”, de acuerdo con la ley de Pakistán, y pidió que su declaración “no quedase registrada”. No obstante, el juez no dio dicha orden, por lo que la declaración de la adolescente quedó registrada.
De acuerdo con CLAAS, es una práctica común que las jóvenes que pasan por esta situación realicen declaraciones falsas, puesto que ya viven con sus raptores, e incluso sus familias comienzan a recibir amenazas de muerte.
Asimismo, Nasir Saeed, director de CLASS, alertó que durante los últimos meses “decenas de mujeres y adolescentes fueron secuestradas y convertidas al islam por la fuerza, y el número sigue creciendo”.
“Lo normal es que la familia de la niña reciba amenazas de muerte, de modo que no queda otra opción que decir delante del juez lo que el raptor quiere. Al mismo tiempo, apenas ven la ocasión, tratan de escapar”, manifestó la asociación a Asia News.
Además, indicó que tanto “activistas cristianos e hindúes” han realizado protestas contra la ola de secuestros, las cuales también se llevaron a cabo durante la visita a los Estados Unidos del primer ministro de Pakistán, Imran Khan.
“El gobierno no les presta atención”, dijo Saeed, quien agregó que el gobierno pakistaní debe tomar con seriedad este asunto y adoptar todas las medidas necesarias para detener las conversiones forzadas de niñas cristianas e hindúes.