La Iglesia en Cuba se unió a la alegría de las familias de los 2.604 presos que fueron indultados por el Consejo de Estado, anunciado por la prensa oficial el viernes 19.
"La Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, junto a los obispos, sacerdotes, diáconos, vida religiosa y fieles laicos, nos unimos a la alegría de las familias que, con gozo y cariño, reciben a sus seres queridos privados de libertad y que han sido beneficiados por el indulto otorgado por el Consejo de Estado de la República de Cuba a 2.604 personas", indicó en un comunicado publicado el 20 de julio.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El comunicado está firmado por Mons. Jorge Enrique Serpa Pérez, Obispo Emérito de Pinar del Río y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria.
El texto recuerda que "el indulto, que en sí mismo es un gesto humanitario de misericordia, muestra cómo ésta, siendo superior a la animosidad, favorece la reinserción en la sociedad de las personas beneficiadas y una mejor convivencia social, según nos enseñara el Papa Francisco con ocasión del Año de la Misericordia y su inolvidable visita a nuestro país en Septiembre de 2015 como 'Peregrino de la Misericordia'".
Además es "ocasión para animar a las comunidades a una mayor sensibilidad y apoyo con esta acción específica de la pastoral penitenciaria sustentada en la enseñanza de Jesús cuando dijo: 'Estuve preso y se preocuparon por mí'".
El Obispo invitó a los fieles a rezar "para que continúe realizándose un análisis periódico de situaciones particulares, que permitan este tipo de decisión en beneficio de aquellos que puedan reinsertarse a la habitual vida ciudadana".
"A la Virgen de la Caridad, madre de todos los cubanos, encomendamos a los indultados y a cuantos se alegran con su regreso al hogar, a la vez que pedimos su materna protección sobre quienes permanecen sin libertad y sus familias", concluyó Mons. Serpa.