El Arzobispo Coadjutor siriaco católico, Mons. Nathanael Nizar Semaan, expresó que "la fe está viva" en las aldeas cristianas de Irak, a pesar de la devastación que causó el Estado Islámico (ISIS).
A través de una entrevista concedida a NCR, el Prelado abordó la situación de los cristianos y recordó que Qaraqosh, ubicada en el norte de Irak, es una gran ciudad donde creció en la fe y en la que todas las actividades de la Iglesia tuvieron un gran impacto en su vida.
"A partir de ahí, comencé mi vocación y ahora vuelvo para servir a mi ciudad", dijo Mons. Semaan, quien añadió que la ciudad está en su corazón, en sus pensamientos, en sus oraciones. "Es una fuente de la fe. Es una fuente de vocaciones: sacerdotes, monjas, monjes. Es una ciudad muy rica, de vocaciones y de fe. Esto es Qaraqosh en una sola palabra", aseveró.
Sin embargo, hace cinco años, los cristianos en la llanura de Nínive de Irak, donde está Qaraqosh, fueron expulsados de la noche a la mañana de sus casas por el ISIS.
En solo unas horas, el grupo terrorista había desplazado a más de 100 mil cristianos, incluidos los 50 mil residentes católicos siriacos de Qaraqosh.
"Qaraqosh y todas estas aldeas cristianas están dando un gran testimonio de su fe, de lo fuertes que son. Estamos aquí", afirmó el Arzobispo. En el último año y medio, alrededor de 20 mil cristianos han regresado a la ciudad, dejando la región del Kurdistán iraquí, a donde tuvieron que huir para no morir a manos de los terroristas islámicos.
Ahora, que el Estado Islámico fue derrotado en Irak, Mons. Seeman regresó para llevar a cabo su nueva misión como pastor tras recibir su ordenación episcopal como arzobispo coadjutor el 7 de junio de 2019, después de haber cumplido 14 años como sacerdote en Londres (Inglaterra).
"Intentaré no ser un hombre político, sino ser un hombre de fe, un hombre de oración, un hombre que cuida a su gente. Tengan por seguro que cuando alguien esté tratando de lastimar a mi gente, levantaré mi voz", aseveró.
"Fue difícil ver a la iglesia como está ahora, todo destruido por el ISIS. Sin embargo, insistí en tener mi ordenación allí, para así presenciar el sufrimiento que enfrentó mi ciudad, con toda la gente, la realidad de lo que sucedió durante los cuatro años en que el ISIS ocupó nuestras ciudades", expresó.
En ese sentido, comentó que si bien se siente triste al ver a su iglesia bombardeada, también se siente feliz porque, a través de su ordenación, puede dar una señal de esperanza "que no importa qué suceda, la fe seguirá siendo muy fuerte, y eso es muy importante". "¡Qué acto criminal de bombardear todas estas iglesias y monasterios!", dijo.
El Prelado recordó que hace un año y medio se inició la reconstrucción de las casas antes que las iglesias, debido a que su interés era cuidar de la gente primero.
Asimismo, recordó que dentro de su misión tiene como prioridad "reconstruir al ser humano". "Tenemos que trabajar duro para reconstruir la confianza y tratar de curar las heridas de estas personas. Dentro de cada uno, hay una herida profunda porque tuvieron que huir de su ciudad en 2014. Es un gran trabajo tratar de trabajar con ellos para curar sus heridas y abrirles una nueva página", explicó.
"No tenemos números exactos, pero alrededor de 20 mil personas han regresado. La situación sigue siendo mala, sobre todo económicamente puesto que no hay trabajo. Sin embargo, las personas están empezando a mirar hacia el futuro positivamente a pesar de no saber cuál será este. Afortunadamente, su fe les dio fuerza", manifestó.
Por ese motivo, destacó la importancia de crear oportunidades de empleo, especialmente para los jóvenes. "Si en dos o tres años no encuentran trabajo y no encuentran algo para mantener a sus familias, no creo que se queden allí para siempre", afirmó.
El Arzobispo Coadjutor dijo que el gran desafío es cómo trabajar con la comunidad internacional para que entiendan esta realidad, a quienes solicitan la creación de oportunidades de empleo para la gente, con el objetivo de darles un signo de esperanza para quedarse.
"Nosotros (la Iglesia) no podemos pedirle a nuestra gente que se quede y no poder ofrecerles nada. Tienes que ofrecerles algo, y luego pedirles que se queden. Desafortunadamente, el gobierno iraquí no está haciéndolo", sostuvo.
Por otro lado, manifestó que es necesario que las organizaciones internacionales coordinen con las iglesias locales para hacerles llegar la ayuda, puesto que a través de las organizaciones gubernamentales la ayuda no llega al punto correcto.
"Pero espero que todos, y no solo de los Estados Unidos, sino de todas las organizaciones, trabajen con las iglesias locales y no con las organizaciones gubernamentales iraquíes, porque al tratar con estas, el dinero realmente no llegar al punto correcto. Es mejor tratar con las iglesias locales, para asegurarse de que los fondos se destinen a un proyecto que se realizará en el lugar", enfatizó.
Además, señaló que trabajarán duro con otros sacerdotes de la diócesis para curar las heridas de las personas y poder escribir "una historia de esperanza", la cual será un punto muy importante de su misión.
"Nadie sabe cuál será el futuro, pero al menos trabajamos para lograrlo", dijo Mons. Seeman, quien además dijo que los cristianos en Irak necesitan recibir apoyo económico y político para asegurarse de que tendrán un futuro allí.
"Solo queremos ser respetados como seres humanos, tener nuestros derechos, ya sea que estemos en Kurdistán, Mosul o Kirkuk, donde sea que estemos. Queremos ser considerados como ciudadanos, de primera clase. No de segunda o tercera clase, absolutamente", señaló.
El Prelado también resaltó que la libertad de practicar nuestra fe es vital, y que no tiene nada extraordinario pedirlo. "Solo pedimos derechos humanos, derechos humanos muy básicos", comentó.
De igual manera, exhortó que tienen derecho a ser respetados y a poder vivir en su país. "Repito: no soy un hombre político. Soy un obispo. Un hombre de fe, soy un pastor. Me gusta guiar a nuestra gente en el camino correcto, en un camino pacífico y reconstruir nuestras ciudades y nuestra gente según la voluntad de Dios, no a la voluntad de los políticos o de cualquier otra cosa", señaló.
Mons. Semaan recordó que si bien la seguridad ha mejorado, aún no es del 100%. Además, debido a los cambios demográficos, existe una preocupación en cuanto a que las tierras cristianas se entreguen a otras personas, refiriéndose a las personas que no pertenecen a tierras según el censo principal de 1957."Tenemos que trabajar duro para este problema. No queremos ser cerrados, pero no queremos dar nuestras tierras a otras personas que no pertenecen al lugar", comentó.
Sobre la posible visita del Papa Francisco a Irak, Mons. Semaan espera que tenga un gran impacto, y que a través de una buena organización cada cristiano iraquí sentirá que "el Santo Padre viene a visitarlo, a visitarlo, a hablar con él y a darle una señal de esperanza para el futuro".
"Nos importa una visita que dé esperanza a la gente, y creo que eso es lo que el Santo Padre se propone hacer. Creo que su visita es un signo de esperanza, y eso es lo que queremos que sea, por lo que tenemos que prepararnos de buena manera, con todas las iglesias en Irak: caldeos, católicos siríacos, ortodoxos sirios, armenios, cualquier otra denominación, cooperando todos juntos, para poder preparar un programa para el Santo Padre", aseveró.
Por ello, las actividades para jóvenes, para niños - iglesias abiertas; Iglesias llenas de gente. Dirías: "¿Es verdad? ¿Estas personas realmente están haciendo lo que están haciendo después de lo que enfrentaron en cuatro años?
Los ciudadanos de Qaraqos han regresado a sus actividades normales, y a mantener una Iglesia activa gracias a su fuerte fe.
"Puedes der las actividades para jóvenes, para niños iglesias abiertas; Iglesias llenas de gente. Dirías: "¿Es verdad? ¿Estas personas realmente están haciendo lo que están haciendo después de lo que enfrentaron en cuatro años?, puntualizó.