Hoy hace exactamente 50 años, el 13 de julio de 1969, el Papa San Pablo VI presidió el Ángelus en el Vaticano y dirigió unas sentidas palabras una semana antes de que el hombre llegara a la Luna.
"Un pensamiento está en la mente de todos esta semana: la expedición de los astronautas norteamericanos a la Luna. Y este pensamiento va más allá de los elementos descriptivos de este hecho singularísimo y maravilloso", dijo el Santo Padre sobre la misión Apolo 11 que partió de Estados Unidos el 16 de julio de 1969 y alunizó cuatro días después.
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"La ciencia y la técnica se manifiestan en modo tan incomparable, complejo y audaz, que marcan lo más alto de sus conquistas que permiten presagiar otras que tal vez la imaginación no logra ni siquiera soñar. Y esto sorprende más porque ya no se trata de sueños. La ciencia ficción se hace realidad", continuó el Pontífice.
San Pablo VI comentó que los avances tecnológicos que permitieron el viaje a la Luna llevan finalmente a una reflexión "sobre el hombre, el mundo, la civilización de la que nacen novedades de gran sabiduría y potencia".
"Sí, sobre el hombre. ¿Quién es este ser capaz de tanto, tan pequeño, tan frágil, tan similar al animal, que no cambia y no supera los límites de los instintos naturales, pero que es tan superior, tan patrón de las cosas, tan victorioso sobre el tiempo y el espacio? ¿Quiénes somos nosotros?".
El hombre, dijo el Papa Montini, "criatura de Dios, mucho más que la Luna misteriosa, al centro de esta empresa, se nos revela. Se nos revela gigante. Se nos revela divino, no en sí mismo sino en su principio y su destino. Honor al hombre, honor a su dignidad, a su espíritu y su vida".
"Por él, por la humanidad, por los pensadores y los héroes de esta fabulosa empresa, hoy rezamos", concluyó.
El Santo Padre hizo esta reflexión una semana antes de que el primer hombre llegara a la Luna el 20 de julio de 1969. Ese día los astronautas Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins llegaron al Mar de la Tranquilidad en el satélite terrestre.
Armstrong, que era el comandante de la misión, se convirtió en el primer hombre en pisar el satélite, tras lo cual pronunció su famosa frase: "Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad".
Los astronautas se comunicaron desde la Luna con el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, quien les dijo que "en este momento único en la historia del mundo, todos los pueblos de la Tierra forman uno solo. Lo que han hecho los enorgullece y rezamos para que vuelvan sanos y salvos a la Tierra".
Armstrong contestó que "para nosotros es un honor y un privilegio estar aquí. Representamos no solo a los Estados Unidos, sino también a los hombres de paz de todos los países. Es una visión de futuro. Es un honor para nosotros participar en esta misión hoy".
El viaje de regreso a la Tierra culminó el 24 de julio con el aterrizaje en el Océano Pacífico con lo que se puso fin a la misión.