El Arzobispo de Louisville y presidente emérito de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Joseph Kurtz, pidió oraciones luego de informar que le diagnosticaron cáncer de vejiga y que pronto se someterá a un tratamiento.
Mons. Kurtz anunció que estará fuera de la arquidiócesis durante tres meses mientras recibe el tratamiento.
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"Me diagnosticaron carcinoma urotelial en la vejiga y la próstata. Participaré en un plan de tratamiento que incluye inmunoterapia y quimioterapia durante al menos 12 semanas", dijo el Prelado en un comunicado publicado en el sitio web de la Arquidiócesis de Louisville el 9 de julio.
Después de someterse a la quimioterapia, Mons. Kurtz dijo que se le extirpará quirúrgicamente la vejiga y la próstata. Su diagnóstico se produjo después de varios meses de problemas de salud y pruebas médicas.
El Arzobispo aseguró estar "muy agradecido" a su oncólogo, el doctor Dan George y al resto de su equipo en el Instituto de Cáncer de la Universidad de Duke, y que tiene una "buena causa para su optimismo".
"Me siento bien, y con el aliento del doctor George me he mantenido activo durante este tiempo", dijo el Arzobispo, que permanecerá en Carolina del Norte durante todo su tratamiento, pero estará en contacto con los funcionarios de la arquidiócesis.
Mons. Kurtz señaló que Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, es consciente de su enfermedad e inminente ausencia de su arquidiócesis.
"No hace falta decir que perderé las muchas oportunidades que tengo de visitar parroquias y hablar con muchos de ustedes en los próximos eventos este verano y otoño. Ustedes estarán en mis oraciones. Por favor, manténganme en las suyas", concluyó Mons. Kurtz.
Según la American Cancer Society, el carcinoma urotelial es la forma más común de cáncer de vejiga. La tasa relativa de supervivencia a cinco años para todas las etapas del cáncer de vejiga es del 77%.
Si la tasa relativa de supervivencia a cinco años para una etapa específica de cáncer de vejiga es 77%, esto significa que las personas con ese cáncer tienen, en promedio, alrededor de 77% de probabilidad, en comparación con las personas que no padecen ese cáncer, de vivir al menos cinco años después de haber sido diagnosticadas.
