El Papa Francisco advirtió de las consecuencias de la degradación medio ambiental y, en concreto, señaló que la destrucción de la Amazonía "tendrá repercusiones a nivel planetario".
El Santo Padre hizo estas declaraciones este sábado 6 de julio en el mensaje que dirigió a los participantes en dl II Foro de la Comunidad Laudato si' que, con el título "Planeta Amazonía", se está desarrollando en la localidad italiana de Amatrice, ciudad arrasada por el terremoto de agosto de 2016.
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El objetivo del encuentro, según explicó el mismo Pontífice, es "reflexionar sobre la situación grave e insostenible de la Amazonía y de los pueblos que la habitan".
La Comunidad Laudato si' es un movimiento de personas y asociaciones comprometidas con la difusión del pensamiento de la Encíclica Laudato si'. Entre sus objetivos está el de promover estilos de vida coherentes a los valores y a las propuestas del documento del Papa Francisco a nivel personal y colectivo, por medio de encuentros y congresos, o desarrollando acciones concretas e iniciativas prácticas.
Con su compromiso, la Comunidad Laudato si' contribuye al movimiento ambientalista desde el particular punto de vista de la ecología integran, teniendo siempre presente la estrecha conexión que existe entre el respeto por la casa común y la justicia social.
El Papa Francisco subrayó la voluntad de los participantes en el Foro "de hacer resonar fuerte y claro que son los pobres los que pagan el precio más alto de las devastaciones ambientales".
"Las heridas provocadas al medio ambiente son inexorablemente heridas provocadas a la humanidad más indefensa", recordó.
En su mensaje, Francisco llamó la atención sobre el hecho de que "la situación en la Amazonía es el triste paradigma de lo que está sucediendo en más partes del planeta: una mentalidad ciega y destructora que prioriza el beneficio a la justicia; que pone en evidencia la actitud depredadora con la cual el hombre se relaciona con la naturaleza".
Además, advirtió: "Todo lo que está sucediendo en la Amazonía tendrá repercusiones a nivel planetario, pero ya ha prostrado a miles de hombres y de mujeres expulsados de su territorio, convertidos en extranjeros en su propia tierra, privados de su propia cultura y tradiciones, destrozando el equilibrio milenario que unía a esos pueblos con su tierra".
"El hombre no puede ser un espectador indiferente ante esta situación, ni tampoco la Iglesia puede permanecer muda", hizo hincapié.
En su mensaje, el Papa Francisco reflexionó sobre tres palabras: doxología, eucaristía y ascetismo.
Sobre la doxología, señaló que "ante el bien de la creación y, sobre todo, ante el bien del hombre que es vértice y también custodio, es necesario asumir la actitud de alabanza".
"Ante tanta belleza debemos ser capaces de apreciar con renovado estupor, con ojos de niños, toda la belleza que nos rodea y en la cual se inserta el hombre. La alabanza es fruto de la contemplación, la contemplación y la alabanza llevan al respeto, el respeto se convierte así casi en veneración ante los bienes de la creación y de su Creador".
La segunda palabra, eucaristía. "La actitud eucarística ante el mundo y sus habitantes sabe adoptar el estado de don que cada ser vivo lleva dentro de sí".
"Cada cosa que se nos ha dado gratuitamente no puede ser depredada y fagocitada, sino para convertirse a su vez en don para compartir, don para dar para que la alegría sea para todos y sea, de esa forma, más grande".
Por último, la última palabra, ascetismo. "Toda forma de respeto nace de una actitud ascética, es decir, de capacidad de saber renunciar a algo por un bien más grande, un bien para los demás".
"El ascetismo nos ayuda a convertir la actitud depredadora, siempre al acecho, para asumir la forma del compartir, de la relación ecológica, respetuosa y educada", finalizó el Papa Francisco.