El Obispo de Arica (Chile), Mons. Moisés Atisha, alentó "a tomar conciencia y asumir un compromiso concreto" no solo con los inmigrantes que esperaron durante días a la intemperie en los pasos fronterizos sino también, con los que se convive a diario.
Desde el sábado 22 de junio, cientos de inmigrantes quedaron en la frontera chileno-peruana de Chacalluta y chileno-boliviana de Colchane, impedidos de ingresar al país sureño debido a la falta de documentación que acredite su estadía como turista o residente.
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El sábado 29 el Departamento de Migración de Chile informó que todos los inmigrantes fueron trasladados a los consulados chilenos en Perú y Bolivia para que realicen sus trámites migratorios.
En el paso chileno-peruano hay gran cantidad de niños, embarazadas, enfermos y ancianos que permanecen a la intemperie. "Es una realidad que entristece y cuestiona enormemente, esta situación migratoria forzada y emergente, toca nuestra sensibilidad humana, y como no, cristiana que llevamos cada uno", expresó el Obispo.
Instituciones como la Fundación Scalabrini, el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) y el Servicio Jesuita a Migrantes dieron asistencia en el lugar y la Diócesis de Arica alentó una campaña de productos de primera necesidad.
A través de una carta, Mons. Atisha señaló que esa ayuda "no basta", por lo que "debe ser un compromiso y responsabilidad de todos y todas tener sensibilidad frente al migrante".
En ese sentido, llamó "a tomar conciencia y asumir un compromiso concreto, con la realidad migratoria que se vive en nuestra ciudad y diócesis. Ella no terminará con solamente el paso de los migrantes que ahora están en Chacalluta, es una situación que llega para quedarse en medio nuestro", reflexionó.
"Crear en nuestras comunidades espacios de acogidas a familias que así lo requieran, actuando con obras renovadoras y humanizadoras que nos permitan encarnar el Evangelio y el llamado del Papa Francisco que nos ha dicho que frente a los migrantes hay que acoger, integrar, proteger y promover, para lograr una verdadera fraternidad", agregó.
Para lo anterior, el Obispo anunció que se hará "un protocolo de acogida al migrante" para asegurar sus necesidades básicas y "el cuidado integral como persona, desde su dimensión psicológica y espiritual".
"Quisiera que nuestros templos y comedores sean puntos de acogida, de integración, de acopio de ayuda humanitaria con alimentos, abrigos, útiles de aseo; y lo más importante es darles un trato digno", indicó Mons. Atisha.
Al concluir el Obispo de Arica agradeció a la comunidad "su ayuda y entrega generosa, como también, a todas las entidades sociales que han sido capaz de trabajar en favor de los migrantes".