La Conferencia Episcopal de Ecuador (CEE) expresó su rechazo al reciente reconocimiento del "matrimonio gay" por parte de la Corte Constitucional, y recordó que el matrimonio está formado por un hombre y una mujer.
La Corte Constitucional de Ecuador reconoció el 12 de junio el matrimonio gay luego de resolver la consulta presentada por la Corte Provincial de Pichincha referente a las parejas homosexuales y activistas LGBT Xavier Benalcázar-Efraín Soria y Rubén Salazar-Carlos Verdesoto.
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En el caso 11-18-CN que corresponde a Efraín Soria y Xavier Benalcázar, la Corte Constitucional informó que con el voto favorable de los jueces Agustín Grijalva, Daniela Salazar, Karla Andrade, Ramiro Ávila y Alí Lozada, se "reconoció el matrimonio de personas del mismo sexo".
Los jueces señalan que se basaron en la Opinión Consultiva OC 24/17 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que interpreta los artículos 11 y 24 de la Convención Americana de Derechos Humanos; y en la interpretación del artículo 67 de la Constitución de Ecuador, "a la luz de las normas constitucionales favorables a la igualdad de la persona y que rechazan todo tipo de discriminación".
En un comunicado publicado este 13 de junio, los obispos señalaron que "la Corte Constitucional bajo ningún argumento está facultada para reformar el contenido de la Constitución de la República, entre ellas la figura de matrimonio, definida en su art. 67 como la unión de un hombre y una mujer".
Los prelados precisaron también que "dos jueces de la Corte Constitucional estaban moral y legalmente impedidos de participar en la tramitación de estas causas, por cuanto han sido abogados patrocinadores y defensores del matrimonio igualitario antes de ser nombrados jueces y, a más de ello, públicamente expresaron con anterioridad sus criterios de apoyo a este reclamo".
Asimismo, la CEE recordó que "la definición de matrimonio, como la unión de un hombre y una mujer fue aprobada por el pueblo ecuatoriano, mediante referéndum realizado el año 2008, con el 63% de la votación, justamente para proteger y fortalecer la institución matrimonial que es la única que garantiza la prosecución de la especie humana y su libre desarrollo, por lo que mal pueden 5 jueces irse en contra de la voluntad soberana de los ecuatorianos".
Los obispos ratificaron su compromiso de respeto a los derechos humanos sin importar su "edad, raza, sexo, religión, inclinación sexual o cultura", y reiteraron su deseo de "promover el matrimonio entre hombre y mujer, tal como lo reconoce el Pacto de San José de Costa Rica, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Constitución de Ecuador, como fundamento de la familia y de la sociedad, institución que debe ser reconocida y garantizada por el Gobierno Ecuatoriano".
Los obispos indicaron que el reconocimiento del matrimonio y la familia es finalmente un "derecho de la libertad religiosa, reconocido por el Estado Laico del Ecuador".
Para concluir los obispos se comprometieron a "enseñar a los niños y jóvenes que el matrimonio según la fe cristiana, es la unión indisoluble entre un hombre y una mujer y que, como fruto de ese amor, nacen los hijos para la sociedad y el Reino de Dios".