Corrección: Una versión previa de este artículo indicaba que las autoridades holandesas habían autorizado la eutanasia de Noa Pothoven, sin embargo no es el caso. Si bien se desconoce el nivel de involucramiento de los médicos que la atendían, todo apunta a que la muerte de la joven se debió a su decisión de dejar de consumir alimentos durante varios días.
Noa Pothoven, una adolescente de 17 años que sufría de una profunda depresión, falleció en su casa este 2 de junio tras solicitar un procedimiento de eutanasia.
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Noa había sufrido acoso sexual a los 11 y 12 años, y a los 14 fue violada por dos hombres. La joven holandesa no denunció el hecho porque había tenido la fuerza para afrontar los recuerdos.
La violación le ocasionó estrés postraumático, anorexia y depresión. En su libro autobiográfico "Ganar o aprender", donde relató sus problemas psíquicos, sus intentos de suicidio y en el que lamentó que en Holanda no existieran estructuras especializadas donde los adolescentes recibieran apoyo físico y psicológico en casos similares.
Sin embargo, Noa no pudo superar sus problemas internos y pidió a las autoridades que le permitieran acceder a la eutanasia. De acuerdo a la periodista Naomi O'Leary, su solicitud fue denegada.
Según se informó, sin avisar a su familia, Photoven tomó contacto con la clínica The Hague para recibir la muerte asistida. Las primeras conversaciones sobre este punto se dieron en diciembre, cuando dijo que quería morir sin dolor y acompañada de sus seres queridos.
Un día antes de su muerte, el 1 de enero, escribió en sus redes sociales que estuvo "deliberando por un tiempo si debería o no compartir esto, pero decidí hacerlo de todos modos".
"Tal vez esto sea una sorpresa para algunos, dado mis publicaciones sobre hospitalización, pero mi plan no es impulsivo. Tras años de luchar y pelear, estoy agotada. He dejado de comer y beber por un tiempo y, después de muchas discusiones y evaluaciones, decidí dejarme ir porque mi sufrimiento es insoportable", expresó.
Al tomar la noticia en alemán de los medios holandeses, la prensa en inglés confundió el caso, reportando que Noa recibió la eutanasia cuando este no fue el caso, sino que se le permitió morir al dejar de consumir, voluntariamente, los alimentos. Desde la perspectiva católica, la decisión de la joven es moralmente errada, especialmente en lo que respecta a los padres y al Estado, al tratarse de una menor.
Alberto Gambino, presidente de la asociación Ciencia y Vida, recordó que en Holanda, donde la eutanasia fue aprobada en 2002, se apoya la aplicación de este procedimiento para "ayudar a morir" a personas que sufren "patologías insoportables".
Esto ha hecho que desde su legalización, cerca de siete mil personas hayan recurrido a la eutanasia.
"Los estados depresivos se curan, pensar lo contrario, de que el éxito sea poder llegar a la muerte artificial es una gran derrota de la humanidad", expresó.
En Holanda los menores de edad también pueden solicitar la eutanasia. Con el consentimiento de los padres para los que tienen entre 12 y 16 años inclusive; y sin el consentimiento, aunque participando en la decisión final, los que tienen entre los 16 y 17 años.