Un grupo de desconocidos dañaron y luego decapitaron la estatua de un importante santo ucraniano en las afueras de la Catedral de Vladimir y Olga, en Canadá, generando conmoción e indignación por parte del clero y la feligresía de todo el país.
La catedral pertenece a la Archieparquía de Winnipeg, una circunscripción de la Iglesia greco-católica ucraniana en Canadá.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El rector de la catedral, P. Michael Buyachok, aseguró a la CBC estar "devastado" luego del acto vandálico ocurrido el martes 21 de mayo contra la estatua de San Vladimiro I de Kiev.
"Eché un vistazo a la estatua y me sentí devastado. Es un evento trágico, porque la estatua simboliza algo para nosotros. Nuestra feligresía, ellos conocen la estatua de memoria. Pero así es como es", dijo el P. Buyachok.
Según trabajadores de la iglesia, todavía se encuentra desaparecida la cabeza y otras piezas que conforman la estatua. También informaron que se vio a un grupo de adolescentes jugando alrededor de la estatua el lunes 20 de mayo por la noche.
El P. Buyachok dijo que la imagen representaba un hito de la parroquia, era amada por los feligreses y además había sido creada por el escultor local Leo Mol.
"Es especialmente devastador porque la estatua había sido bendecida por San Juan Pablo II durante su visita a Winnipeg en 1984", agregó el rector.
En un comunicado emitido el viernes 24 de mayo, la Archieparquía de Winnipeg informó que el Arzobispo de Winnipeg, Mons. Lawrence Huculak, también está consternado por el "incomprensible vandalismo de una figura de tal valor histórico y artístico" y que "la restauración de la estatua es una de las prioridades".
Asimismo, sostuvo "hay varias teorías sobre por qué la estatua fue dañada de tal manera. Sin embargo, la policía y otros todavía están investigando los motivos y las personas involucradas".
Según apunta la CBC, la policía calificó el acto como vandalismo y robo.
San Vladimiro I de Kiev, Gran Príncipe de Kiev, es venerado por ser bautizado en 988, lo que resultó en la cristianización de la Rus de Kiev, un estado cuyo patrimonio es reclamado por Ucrania, Rusia y Bielorrusia.