El Papa Francisco recordó, este viernes 17 de mayo, al misionero Pierluigi Maccalli, secuestrado desde hace meses en Níger por parte de un grupo yihadista.
El P. Maccalli, perteneciente a la Sociedad de las Misiones Africanas, fue capturado en la noche del 17 al 18 de septiembre en su misión de Bomoanga, Archidiócesis de Niamey. Los yihadistas llegaron a la casa donde vivía el misionero y realizaron disparos al aire.
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Después, obligaron al P. Maccalli a subirse a una moto y, tras saquear la misión y la parroquia que administraban, escaparon llevándose al misionero con ellos.
El Santo Padre realizó este acto de solidaridad con el misionero secuestrado durante la audiencia que concedió a miembros de la Sociedad de las Misiones Africanas, a los que aseguró "la preocupación y atención de la Santa Sede" ante este secuestro.
En este sentido, puso al P. Maccalli como ejemplo de salir a las periferias para "ofrecer a todos la vida de Jesucristo, en ocasiones poniendo en riesgo la propia vida".
Por otro lado, Francisco agradeció a los miembros de la Sociedad de las Misiones Africanas por el "gran trabajo de evangelización que lleváis adelante en África, especialmente entre las poblaciones rurales más lejanas, donde la comunidad cristiana todavía es frágil o, incluso, inexistente".
"Me alegra también vuestra voluntad de desarrollar nuevas formas de presencia entre las poblaciones de origen africana en otras partes del mundo, con una particular atención puesta en los migrantes", destacó Francisco en su discurso.
Por último, el Papa los invitó a ponerse en escucha del Espíritu, "sin miedo a abrir nuevos caminos para manifestar que Dios siempre es novedad, que continuamente nos empuja a volver a salir y a cambiar de lugar para andar hacia lo desconocido, hacia las periferias y las fronteras".