La Corte de Apelación de la provincia de Ontario, en Canadá, dictaminó que los médicos que se oponen a procedimientos como el aborto y el suicidio asistido deberán derivar a sus pacientes a otro médico voluntario.
En una decisión unánime emitida el miércoles 15 de mayo, la Corte de Apelación ratificó una política de 2016 establecida por el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario (CPSO) –que otorga licencias a los médicos y regula la práctica de la medicina–, que exige a los médicos de la provincia que proporcionen una "derivación efectiva" si se oponen a prácticas como el aborto, anticoncepción, cirugía de transexualidad o suicidio asistido.
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"Si bien la solución no es perfecta para algunos médicos, como los apelantes individuales, tampoco es perfecta para sus pacientes. Perderán el apoyo personal de sus médicos en un momento en que son más vulnerables", escribió la Corte de Apelación.
Aunque una corte de primera instancia encontró en enero de 2018 que obligar a los médicos a derivar esos procedimientos violaba su libertad religiosa en virtud de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, también determinó que esas violaciones eran necesarias para que los pacientes tuvieran acceso a esos servicios.
El Dr. Ryan Wilson, presidente de Canadian Physicians for Life (Médicos por la Vida de Canadá), dijo a los medios de comunicación que el grupo aún no ha decidido si apelar el caso ante la Corte Suprema de Canadá, pero dijo que una apelación "no está fuera de la mesa", según recoge The Canadian Press.
Canadian Physicians for Life fue uno de varios grupos que refutaron las reglas del CPSO ante la corte. En conjunto afirmaron estar dispuestos a proporcionar a los pacientes un número de teléfono general o un sitio web para el servicio de coordinación del gobierno provincial para el suicidio asistido, pero argumentaron que ir más allá de eso violaría su fe, según los informes de The Globe and Mail.
"Esta es una decisión decepcionante y coloca a nuestros médicos, los médicos que ingresaron en el campo de la medicina para brindar atención de calidad, compasiva y centrada en el paciente, en una posición imposible. No creen que terminar con la vida de un paciente sea una medicina, y no creen que puedan ofrecer esperanza y curación en una habitación mientras ayudan a matar a un paciente en otra", dijo Wilson en 2018.
Wilson agregó que, en última instancia, es la atención al paciente la que sufre, y que para muchos "sus derechos religiosos y de conciencia están siendo violados y no podrán practicar la medicina en Ontario".
"Esta es una pérdida significativa para todo el sistema de atención médica en la provincia y tendrá un impacto directo en la atención al paciente", aseguró.
Ramona Coelho, una doctora católica en Londres, Ontario, le dijo a The Globe and Mail que aún tiene la esperanza de que se pueda encontrar una solución que le permita evitar derivar formalmente a pacientes para el suicidio asistido.
"Siento que esta decisión va a excluir de la medicina convencional a la mayoría de las personas de fe", dijo Coelho.
Canadá legalizó el suicidio asistido en 2016. Solo las personas mayores de 18 años, consideradas "mentalmente competentes" y diagnosticadas con una enfermedad física terminal por dos médicos o dos enfermeras practicantes pueden someterse a esta práctica.
A nivel federal en Canadá, algunos miembros del parlamento están intentando aprobar una ley que proteja los derechos de conciencia de los médicos.
El diputado conservador David Anderson presentó el proyecto de ley C-418 en octubre, con el que busca proteger a los médicos que no están dispuestos a aplicar la eutanasia a sus pacientes o proporcionar derivaciones para muertes inducidas médicamente.
Esa legislación convertiría en ilegal "intimidar a un médico, enfermero, farmacéutico o cualquier otro profesional de la salud con el propósito de obligarlos a participar, directa o indirectamente, en la prestación de asistencia médica para provocar la muerte".
El año pasado, el suicidio asistido representó el 1.12% de todas las muertes en Canadá.
La Arquidiócesis de Toronto aún no ha comentado el fallo, pero el Cardenal Thomas Collins ejerce presión en los últimos años para que los médicos protejan su conciencia.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.