El Papa Francisco destacó que San Juan Bautista de La Salle fue "un pionero de la educación que soñaba con una escuela abierta a todos".
Así lo indicó el Papa este 16 de mayo al recibir en audiencia a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, la comunidad fundada por San Juan Bautista de La Salle, quienes recuerdan el tercer centenario de fallecimiento de su fundador.
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Durante su discurso, el Santo Padre señaló que este santo fue un innova brillante y creativo en la visión de la escuela, en la concepción del maestro y en los métodos de enseñanza, porque estaba persuadido de que la educación es un derecho de todos, incluidos los pobres.
En esta línea, el Pontífice explicó que San Juan Bautista fundó una comunidad de laicos "convencido de que la Iglesia no puede permanecer ajena a las contradicciones sociales de los tiempos con los que está llamada a confrontarse" por lo que inició una vida consagrada a través de la presencia de educadores religiosos que, sin ser sacerdotes, interpretasen de una manera nueva el papel de 'monjes laicos', sumergiéndose totalmente en la realidad de su tiempo y contribuyendo así al progreso de la sociedad civil.
De este modo, el Papa recordó la intuición de que la enseñanza no puede ser solo un trabajo, sino una misión, por lo que San Juan Bautista de La Salle "se rodeó de personas adecuadas para una escuela popular, inspiradas por el cristianismo y dedicó toda su energía a la formación de aquellos que tenían que ejercer un servicio al mismo tiempo eclesial y social" y así, añadió Francisco, defendió la "dignidad del maestro".
Además, el Santo Padre subrayó algunos de "las reformas audaces" que San Juan Bautista impulsó en la enseñanza, como el reemplazar el latín, idioma habitual de la educación, por el francés, grupos homogéneos de aprendizaje, escuelas dominicales para adultos y enseñanza a jóvenes delincuentes y reclusos.
"Soñaba con una escuela abierta a todos, por lo que no dudó en enfrentar las necesidades educativas extremas, introduciendo un método de rehabilitación a través de la escuela y el trabajo", explicó.
Por ello, el Papa animó a los herederos de la misión de San Juan Bautista de La Salle a "profundizar e imitar su pasión por los últimos y los rechazados" y a ser "los protagonistas de una 'cultura de la resurrección' exhortándoles a salir en búsqueda de aquellos que se encuentran en los modernos sepulcros del desamparo, de la degradación, del malestar y de la pobreza para ofrecerles una nueva esperanza de vida".
Al finalizar, el Santo Padre dijo que "las formas del anuncio del Evangelio deben adaptarse a las situaciones concretas de los diferentes contextos, pero esto también implica un esfuerzo de fidelidad a los orígenes" por lo que los animó a seguir el estilo apostólico de su familia religiosa y "a caminar con valor en esta dirección".