El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, recordó que "la confesión es sagrada para todo sacerdote y para todo católico", ante el proyecto de ley que exigiría a los confesores violar el secreto del sacramento para reportar un abuso sexual si es que la información se recibe en esa instancia.
En una columna titulada "La confesión es sagrada", el Prelado se refirió al proyecto de ley 360 del Senado del estado de California, que ordenaría que los sacerdotes divulguen las informaciones sobre abuso sexual de menores que escuchen en confesión.
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Mons. Gomez explicó que este proyecto es "una amenaza mortal para la libertad religiosa de todos los católicos". "Lo que es más alarmante es que este proyecto de ley se está promoviendo sin tener ninguna evidencia de que protegerá a los niños", agregó.
El Arzobispo recordó que los sacerdotes católicos ya son "reportadores obligatorios" en California. "Eso significa que estamos obligados por ley a reportar los casos de abuso sexual que sospechemos, excepto si nos enteramos de ello en el confesionario", resaltó.
El proyecto de ley 360 afirma que "se ha abusado en gran escala del secreto sacramental del clero con respecto al penitente, lo cual ha resultado en el abuso no denunciado y sistemático de miles de niños pertenecientes a múltiples credos y religiones".
Al respecto, el Prelado de origen mexicano resaltó que "eso, sencillamente, no es cierto. Las audiencias sobre ese proyecto de ley no han presentado un solo caso, ni en California ni en ningún otro lugar, en el que este tipo de delito pudiera haberse evitado si un sacerdote hubiera revelado información que hubiera escuchado en confesión. ¿Por qué nadie le pide al patrocinador de ese proyecto de ley que proporcione evidencia de sus acusaciones contra la Iglesia?".
Mons. Gomez escribió además que "el proyecto del ley 360 del Estado pretende resolver una crisis que no existe. El hecho es que el abuso sexual infantil no es un pecado que la gente confiese a los sacerdotes en el confesionario. Los que atienden psicológicamente a tales depredadores nos dicen que lamentablemente muchos de ellos tienden a mantener el secreto, son manipuladores y no pueden comprender el grave daño de sus acciones".
El Arzobispo de Los Ángeles explicó luego que es mucho más probable que sean "los periodistas y abogados los que escuchen la admisión de haber cometido esos delitos. Sin embargo, este proyecto de ley no propone eliminar el secreto profesional entre abogado y cliente o la protección de las fuentes de los periodistas. Solo se dirige a los sacerdotes católicos".
El abuso sexual y el secreto de confesión
Mons. Gomez también refirió que "el abuso sexual infantil es un pecado horrible y un crimen que aflige a todos los sectores de nuestra sociedad. En la Iglesia Católica, hemos enfrentado este escándalo durante muchos años".
"En todo el estado, las diócesis han implementado políticas y programas para hacer que los niños estén seguros. Tomamos huellas dactilares y verificamos los antecedentes del personal de la Iglesia, contamos con personas que ayudan a las víctimas y tenemos protocolos estrictos para abordar las denuncias contra sacerdotes y contra otras personas que trabajan para la Iglesia", indicó.
Como resultado, "es raro que haya nuevos casos de abuso sexual infantil por parte de sacerdotes, tanto en la Arquidiócesis de Los Ángeles como en otras diócesis de California".
"La Iglesia está velando constantemente por la protección de los niños y nos hemos comprometido a ayudar a todas las víctimas sobrevivientes para que lleguen a la sanación".
Sin embargo, dijo el Arzobispo de Los Ángeles, "desde el punto de vista de la política pública, si el objetivo es prevenir el abuso sexual infantil, no tiene sentido enfocar la atención en los sacerdotes católicos ni en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, que es el nombre formal de la confesión".
"Los católicos creemos que en el confesionario podemos contarle a Dios todo lo que está en nuestro corazón y buscar su misericordia sanadora. El sacerdote es solo un instrumento; él actúa en la 'persona de Cristo'. Confesamos nuestros pecados, no a un hombre sino a Dios".
Por lo tanto, subrayó el Prelado, "la privacidad de esa conversación íntima, nuestra capacidad de hablar con total honestidad desde nuestros labios hasta el oído de Dios, es algo absolutamente esencial para nuestra relación con Dios".
Mons. Gomez recordó luego a San Mateo Correa de Magallanes, un sacerdote que también fue Caballero de Colón, una importante organización católica en Estados Unidos.
Durante la persecución que la Iglesia sufrió en México en 1927, él "escuchaba las confesiones de los prisioneros que estaban detenidos en las cárceles, por el gobierno. Y de pronto, un general estaba apoyando un arma contra su cabeza, amenazándolo con matarlo si no revelaba lo que los prisioneros le habían dicho en confesión".
El sacerdote dijo entonces: "Puedes hacer eso, pero debes saber que un sacerdote debe guardar el secreto de la confesión. Estoy dispuesto a morir". Poco después, lo llevaron a las afueras de la ciudad y lo mataron.
El Arzobispo de Los Ángeles destacó finalmente que "el proyecto de ley 360 del Estado debería ser rechazado. Y tendríamos que seguir trabajando juntos para buscar formas efectivas de combatir este flagelo del abuso sexual infantil en nuestra sociedad".
"Y pidámosle a nuestra Santísima Madre María que nos ayude a sanar a todas las víctimas y sobrevivientes del abuso y que nos ayude a construir una sociedad en la que todos los niños sean amados, protegidos y estén seguros", concluyó.