Un grupo de terroristas atacó a un grupo de católicos que regresaban de una procesión de la Virgen María el 13 de mayo, asesinó a cuatro adultos y destruyó la imagen religiosa que llevaban.
El ataque se produjo en Singa, municipio de Zimtenga (Burkina Faso), en la misma región donde un día antes, el domingo 12 de mayo, entre 20 y 30 terroristas asesinaron a un sacerdote y cinco laicos e incendiaron una iglesia.
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De acuerdo a la agencia vaticana Fides, los fieles católicos habían participado de la procesión desde su pueblo, Singa, a la vecina comunidad de Kayon, a unos 10 kilómetros de distancia. Al retornar a casa, fueron interceptados por los hombres armados.
Los terroristas dejaron que los niños que iban en el grupo escaparan, pero asesinaron a los cuatro adultos y destruyeron la estatua de Santa María.
El 13 de mayo, el Arzobispo de Koupéla y Presidente de la Conferencia de Obispos de Burkina Faso-Níger, Mons. Séraphin François Rouamba, hizo un llamado a la paz y la coexistencia pacífica, en el marco del funeral del sacerdote y los cinco laicos asesinados el día anterior en Dablo.
Fides señaló que al funeral asistieron tanto católicos como protestantes y musulmanes, así como representantes de religiones tradicionales del país.
Se estima que alrededor del 60% de habitantes de Burkina Faso profesan el islam, mientras que los cristianos, con mayoría católica, suman poco más del 20% de la población.
En los últimos tres años, Burkina Faso ha experimentado una creciente ola de violencia a manos de extremistas islámicos.