El Papa Francisco mantuvo este martes 7 de mayo un encuentro con autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático de Macedonia del Norte, ante los que destacó la capacidad de integración y convivencia del pueblo nordmacedonio y su generosidad con los migrantes y refugiados.
El Papa puso de relieve el hecho de que esta sea "la primera vez que el Sucesor del Apóstol Pedro viene a la República de Macedonia del Norte, y me alegro de hacerlo en el 25 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, que se efectuaron pocos años después de la independencia obtenida en septiembre de 1991".
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En su discurso ante las autoridades, Francisco también destacó, como un precioso patrimonio, "la composición multiétnica y multirreligiosa del rostro de vuestro pueblo, fruto de una historia rica y, por qué no, también compleja de relaciones entretejidas en el curso de los siglos".
En este sentido, alabó la "pacífica y duradera convivencia, en la que las distintas identidades han sabido y podido expresarse y desarrollarse sin negar, oprimir o discriminar a las otras".
El Papa animó a aumentar los esfuerzos "para que las distintas expresiones religiosas y las diferentes etnias encuentren un terreno de encuentro común en el respeto de la dignidad de cada persona humana y en la correspondiente garantía de las libertades fundamentales".
También propuso el modelo de convivencia que se da en Macedonia del Norte, que ha conseguido integrar a diferentes religiones (ortodoxos, musulmanes, católicos, hebreos y protestantes) e identidades étnicas (macedonios, albaneses, serbios, croatas).
"Estas características particulares tienen una significación relevante para el camino de una mayor integración con los países europeos", aseguró. "Deseo que tal integración se desarrolle positivamente en toda la región de los Balcanes occidentales, como también que se logre respetando siempre la diversidad y los derechos fundamentales".
En su discurso, el Santo Padre señaló también la acogida y socorro de la sociedad macedonia "a un gran número de migrantes y refugiados provenientes de diferentes países de Oriente Medio".
"Ellos huían de la guerra o de condiciones de extrema pobreza, a menudo a causa de graves episodios bélicos, y en los años 2015 y 2016 atravesaron vuestras fronteras, en su mayor parte para dirigirse hacia el norte y oeste europeo, encontrando en vosotros un refugio valioso".
Ante la crisis humana sin precedentes, "la inmediata solidaridad ofrecida a los que se encontraban entonces en una grave necesidad, por haber perdido muchos seres queridos además de la casa, el trabajo y la patria, os honra y habla del alma de este pueblo que, habiendo conocido también las privaciones, reconoce la vía del verdadero desarrollo en la solidaridad y en el compartir los bienes".
Francisco recordó también a la hija más ilustre de Macedonia del Norte, la Madre Teresa de Calcuta.
"Ella nació en un suburbio de Skopie en 1910 con el nombre Anjezë Gonxha Bojaxhiu y desarrolló su apostolado en India, con humildad y total donación de sí misma, y por medio de sus hermanas alcanzó los más diversos confines geográficos y existenciales".
Aseguró que se siente "feliz de acercarme dentro de poco a rezar en el Memorial que le habéis dedicado, construido en el lugar donde antes se encontraba la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la que fue bautizada".
"Con razón, estáis orgullosos de esta gran mujer. Os exhorto a continuar trabajando con determinación, dedicación y esperanza para que los hijos e hijas de esta tierra, siguiendo su ejemplo, puedan descubrir, alcanzar y madurar la vocación que Dios ha soñado para ellos", concluyó el Papa.