Este sábado 4 de mayo fueron ordenados sacerdotes 37 jóvenes Legionarios de Cristo en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma (Italia), ante unas 2 mil personas y 240 presbíteros concelebrantes.
Los 37 jóvenes provienen de diferentes países alrededor del mundo como México, Estados Unidos, Colombia, Alemania, Brasil, entre otros.
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La ceremonia de ordenación fue presidida por Mons. José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien recordó en su homilía que "el sacerdote más que ningún otro debe considerarse hombre del pueblo y para el pueblo".
"Ni el estilo de vida ni el lenguaje que utiliza en el servicio de la evangelización pueden separarle del pueblo del que ha sido sacado y al que pertenece, no sólo por su origen sino también por la especial vocación que ha recibido", dijo el Arzobispo dirigiéndose a los nuevos sacerdotes.
En ese sentido, pidió que "no utilicen nunca un lenguaje que no les entienda el pueblo porque pierden el tiempo y se lo hacen perder al pueblo".
También les pidió que nunca olviden su llamado al servicio, manteniendo una actitud humilde, porque es lo que necesita hoy la Iglesia.
"Desde una profunda libertad el sacerdote se hace siervo para ganar a todos. He ahí la lógica desde la que el sacerdote está llamado a servir, la lógica del servicio (…) Nunca olvidéis que estáis llamados a servir, por favor", acotó.
En otro momento, recordó a todos los presentes que la "vocación sacerdotal no es una profesión, no es un trabajo, no es un hobby".
"Ser presbítero es, ante todo y, sobre todo, una vocación; es, como diría san Pablo, un sentirse conquistado por el Señor que hace a un hombre participe de un modo especial de su sacerdocio. Por eso lo saca de entre los hombres y lo consagra para una dedicación exclusiva al servicio del Reino", dijo.
Por tal motivo, Mons. Rodríguez advirtió que estaría "muy mal" y haría "mucho daño" un sacerdote "que sin ser llamado por el Señor asumiese esa vocación".
"Como muy mal y mucho bien dejaría de hacer quien, habiendo sido llamado por el Señor, llevado de la comodidad o del miedo o movido por otros intereses personales no respondiese a dicha vocación. Ser sacerdote no es una opción sino una vocación a la cual, quien ha sido llamado, es invitado; nunca forzado…", agregó.
Finalmente, el Prelado les recordó que si "como religiosos ya fueron sacados de entre los hombres para servir a los hombres" ahora desde el título del presbiterado han sido honrado con una "gran responsabilidad".
"No tengáis miedo, no tengamos miedo pues el Señor está con nosotros está con ustedes para defenderlos", agregó.
Concelebraron junto a Mons. José Rodríguez Carballo los obispos Mons. Jorge Patrón Wong, secretario de la Congregación para el Clero y encargado para los seminarios; Mons. Robert Fisher, Obispo Auxiliar de Detroit; y Mons. José Alejandro Castaño, Obispo de Cartago en Colombia.