El Papa Francisco pidió prestar especial atención a las comunidades aborígenes para que la industria minera se dirija al bien común. Lo afirmó durante una audiencia realizada este 3 de mayo en el Vaticano a los participantes del encuentro "La industria minera para el bien común", organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
"Estas comunidades vulnerables tienen mucho que enseñarnos. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores", afirmó el Papa.
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Por ello, el Papa recordó que el próximo Sínodo sobre Amazonía, que se realizará en octubre de 2019, abordará la importancia de las tradiciones culturales de las comunidades aborígenes.
En esta línea, el Santo Padre denunció nuevamente el modelo económico actual que describió como "un modelo voraz, orientado a la ganancia, con un horizonte limitado y basado en la ilusión de un crecimiento económico ilimitado", por lo que destacó la necesidad de "un cambio de paradigma en todas nuestras actividades económicas, incluida la minería".
Francisco dijo que "la minería, como cualquier actividad económica, tendría que estar al servicio de toda la comunidad humana", y añadió que "este es un pilar de la enseñanza social de la Iglesia"
"La minería debe estar al servicio de la persona humana y no al revés. La atención a la protección y el bienestar de las personas involucradas en las operaciones mineras, así como el respeto por los derechos humanos fundamentales de los miembros de las comunidades locales y aquellos que defienden sus causas, no son principios negociables", exclamó el Papa.
Asimismo, el Santo Padre remarcó la necesidad de fomentar el desarrollo de una economía circular, especialmente en el ámbito de las actividades mineras, y mencionó el documento "Discípulos misioneros custodios de la casa común", realizado por el CELAM en enero de 2018, que destaca la importancia de "reducir, reutilizar, reciclar".
De este modo, el Papa animó a los participantes de este encuentro a "analizar, interpretar, discernir lo que conviene o no de las actividades extractivas en los territorios y así, proponer, planificar, actuar para transformar nuestro propio estilo de vida e incidir en las políticas mineras, con miras a alcanzar el bien común y un auténtico desarrollo humano, sostenible e integral".
Al finalizar, el Santo Padre destacó que esta reunión es importante porque aborda cuestiones que conciernen el futuro de nuestra casa común y el futuro de nuestros hijos y de las generaciones futuras. "Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá", por lo que alentó: "¡No pierdan nunca de vista este gran horizonte!".