Los obispos de Costa Rica rechazaron la decisión del ministerio de salud de comercializar la píldora abortiva del día siguiente sin necesidad de contar con receta médica.
El 25 de abril el ministerio de salud tomó la decisión de permitir la libre comercialización del fármaco abortivo levonorgestrel, para lo cual anunció que el decreto correspondiente estará listo en dos semanas.
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El ministro de Salud, Daniel Salas, aseguró que la píldora del día siguiente o anticoncepción de emergencia no es un fármaco abortivo y comentó que "el mecanismo de acción de este medicamento es que inhibe la ovulación. Es decir, el óvulo no saldría de ovario, no podría ser fecundado por el espermatozoide o bien podría alterar el paso del espermatozoide a través de las trompas para que no se dé la fecundación".
Lo dicho por Salas contradice lo señalado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), agencia del gobierno de Estados Unidos.
La FDA ha determinado que la píldora del día siguiente podría, además de evitar la ovulación y la fertilización, impedir la implantación de un óvulo ya fecundado (embrión), produciendo un aborto.
En un comunicado publicado el 25 de abril, los obispos costarricenses señalan que la posibilidad de que la píldora del día siguiente produzca un aborto "hace que nuestra valoración sobre la misma sea negativa, por atentar contra la vida de los más vulnerables, los no nacidos".
Tras resaltar que "la vida humana es un regalo de Dios", los prelados recuerdan lo dicho por el Papa Francisco: "Los niños por nacer son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo".
"La defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de todo derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación o etapa de su desarrollo en que se encuentre", subrayan los obispos.
En su comunicado, los prelados cuestionan el planteamiento según el cual, "cuando una mujer tenga un embarazo que le afecte –o que se argumente que le afecte– de cualquier manera su salud, podrá abortar, aun cuando este acto se dé en las primeras etapas de gestación".
"Este tipo de razonamiento contradice el mensaje cristiano contenido en la Palabra de Dios y que fundamente la experiencia política del pueblo costarricense, recogida en el artículo 21 de nuestra Constitución Política, al declarar la vida humana como un valor inviolable", explican.
"La Iglesia quiere acompañar a esas mujeres y sus hijos, mostrarles la grandeza del amor de Dios, Señor de la vida, y proponer a toda persona de buena voluntad que la solución a las dificultades no está en eliminar la vida de los más indefensos, sino en tutelar los derechos humanos básicos, empezando por el derecho a la vida y continuando con los derechos a un trabajo digno, a la educación, a la salud y la seguridad a las mujeres y sus hijos", resaltan los obispos de Costa Rica.
Los prelados también pidieron "a los hombres y mujeres de buena voluntad, seguir luchando en contra de la cultura de la muerte que, con fundamentos equívocos, se nos quiere imponer en nuestra Nación".
"Ponemos en las manos de Dios, fuente de toda vida, y contando con la intercesión de Nuestra Santísima Madre, la Reina de Los Ángeles, el caminar de nuestra Iglesia, instrumento de salvación para todos los pueblos", concluyen.