El Obispo de Phoenix (Estados Unidos), Mons. Thomas Olmsted, convocó a una reunión de líderes católicos nacionales para hacer frente a las "herejías" de la era moderna, como la ideología de género, que atentan contra el matrimonio, la familia y el niño por nacer.
Los católicos están amenazados por "la herejía actual que está encarnada en la revolución sexual y, ahora en su versión radicalizada, la ideología de género, como lo llama el Papa Francisco", denunció el Prelado durante el Desayuno Nacional de Oración Católico realizado el martes 23 de abril en Washington, D.C.
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"Mi deber pastoral es proclamar el Evangelio de la vida y la protección ante la ley de los más vulnerables entre nosotros. El amor de Cristo me obliga", recordó Mons. Olmsted, y pidió a los católicos que continúen hablando de estos asuntos aunque algunas enseñanzas de la Iglesia sean impopulares en la cultura actual.
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco definió la "ideología de género" como una forma de "colonización ideológica" que tiene lugar "en Europa, América, América Latina, África y en algunos países de Asia".
Mons. Olmsted aseguró que esta herejía apunta contra "dos realidades hermosas" que son "el matrimonio y el niño".
"El matrimonio se encuentra ahora en el camino de la ideología de género. Su debilitamiento no hará nada para fortalecer a nuestro gran país. Los cristianos, entonces, debemos defender la realidad del matrimonio, hoy, en nuestros hogares, y en la plaza pública, a pesar del riesgo de persecución", exhortó.
El Obispo señaló que en la cultura actual "el niño también es un objetivo", y lamentó la reciente oposición en el Congreso al Proyecto de Ley de Protección para Sobrevivientes del Aborto, que habría requerido que los médicos protejan la vida de los bebés que sobreviven a un intento de aborto tardío.
"Un niño necesita amor, y el amor cuesta, y el corazón humano debe estar preparado para pagar el costo del amor cuando el niño llega. Cristo nos llama a defender a cada niño", recordó.
Mons. Olmsted también dijo que el "desastre" predicho por el Papa San Pablo VI en la encíclica Humanae vitae se ha cumplido. Citando una exhortación a las parejas casadas, reconoció que la revolución sexual del siglo pasado ha causado a la humanidad "una plaga de miseria en una escala nunca antes conocida".
"¡Suficiente! Maridos y esposas, madres y padres, están llamados a tener un gran corazón aquí, contracultural y valiente. Pueden construir algo mejor, más libre, más generoso y más noble", dijo, e insistió en que la reconstrucción de la sociedad comienza en el hogar.
Los matrimonios tienen que estar comprometidos con sus votos matrimoniales sacramentales, es decir, estar abiertos a una nueva vida, ya sea "a través del acto conyugal" o mediante la adopción, explicó Mons. Olmsted.
"No tengan miedo de hundir sus raíces profundamente en el agua viva que es Jesucristo. Él no los abandonará. Dirijan a su familia y diríjanse a cualquier otro lugar que el Señor les pida, con una fe profunda y de niño", agregó.