Uno de los varios tesoros que se salvó del incendio que afectó la Catedral de Notre Dame de París es la Santa Corona de Espinas, aquella que fue colocada sobre la cabeza de Cristo durante su Pasión.
El rector de la Catedral, Mons. Patrick Chevaut, indicó que esta reliquia, un pedazo de la cruz, un clavo con los que crucificaron a Cristo; y la túnica de San Luis, rey de Francia, se salvaron de ser consumidos por las llamas.
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¿Cómo llegaron estos objetos a la emblemática catedral parisina? Aquí te lo contamos.
El sitio web de la Catedral recuerda que la veneración de los instrumentos de la Pasión de Cristo se remonta al siglo IV en los relatos de los peregrinos que llegaron hasta Jerusalén. En particular se destacaba la Vera Cruz, rescatada en el año 326 por Santa Helena, madre del emperador Constantino.
Luego, "entre los siglos VI y VII, las reliquias fueron transferidas a Constantinopla en la capilla de los emperadores bizantinos para protegerlas de los saqueos como los sufridos en el Santo Sepulcro ante las invasiones persas".
En 1238, Baduino II de Courtenay, el último emperador latino de Constantinopla, se encontraba "en grandes dificultades financieras y le propuso al rey de Francia Luis IX, futuro santo, que se encargue de la corona de espinas, oferta que este último acepta. Pero los regentes del imperio ya habían ofrecido las reliquias a banqueros venecianos a quienes San Luis compensará luego".
El 10 de agosto de 1239 el rey recibió 22 reliquias y el 19 de agosto la "procesión llegó a París, el rey abandonó su atuendo real, se colocó una sencilla túnica y, descalzo, ayudado por su hermano, llevó la Santa Corona hasta Notre Dame de París".
Entonces decidió edificar un relicario "a la medida de estas reliquias: la Santa Capilla. Durante la Revolución Francesa las reliquias fueron enviadas a la abadía de Saint Denis y, sin sus relicarios, a la biblioteca nacional".
"Tras el Concordato de 1801 (entre la Francia de Napoleón y el Vaticano), la Santa Corona se entregó en 1804, junto con otras reliquias, al Arzobispo de París, quien las colocó como parte del tesoro de la Catedral el 10 de agosto de 1806", donde se conservaban hasta ahora.
Hasta antes del incendio del 15 de abril, Lunes Santo, que afectó la Catedral de Notre Dame, la Santa Corona de Espinas era venerada los primeros viernes de mes, los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo.
El incendio se inició alrededor de las 6:30 p.m. (hora local) y se necesitaron unos 400 bomberos para sofocar las llamas.
El fiscal de París anunció una investigación para conocer las causas del siniestro, mientras que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó su tristeza por este incendio.
Por su parte, el vocero del Vaticano, Alessandro Gisotti, señaló que "la Santa Sede ha recibido con conmoción y tristeza la noticia del terrible incendio que ha devastado la Catedral de Notre Dame, símbolo de la cristiandad en Francia y en el mundo".