"La familia no debe renunciar a dirigir la educación también en el colegio", afirmó el abogado español Benigno Blanco Rodríguez, miembro del directorio del Foro de la Familia de España y de la Fundación Red Madre.
En su visita a Chile para dar una serie de conferencias sobre la vida y la familia, Blanco conversó con ACI Prensa sobre el valor de la educación que brinda la familia y la importancia de presionar a los gobiernos para que respeten este derecho.
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"Sea cual sea el contexto jurídico-político, los padres deben ser conscientes de que no pueden abandonar a su niño en la escuela y esperar a que se lo devuelvan a los 16 años, sino que la familia debe estar presente en la escuela", afirmó Blanco.
Subrayó que es importante "conocer y hablar con los profesores de nuestros hijos, para apoyarlos si merecen apoyo, para corregirlos, para pedirles que respeten la conciencia de nuestro hijo si fuese necesario".
"Un profesor deshonesto que quiere corromper la conciencia de tu hijo, unos materiales escolares que mienten sobre el ser humano y no puedes evitarlo, pues en ese caso deberás estar muy al tanto de eso y en casa darle los contraargumentos, el antídoto, a esa mala formación", señaló.
En cuanto a la educación sexual, Blanco subrayó que "hay que tener una especial vigilancia. Las familias deben preocuparse de educar a sus hijos en materia afectivo-sexual en casa desde muy pequeñitos. A partir de los tres o cuatro años".
Aconsejó a los padres a "ir por delante de lo que su hijo va a sentir, las transformaciones que va a ver en su cuerpo e ir explicándole lo que le va a pasar, diciéndole 'a mí también me pasó eso a tu edad y es normal'".
"El ideal será que el niño perciba que papá y mamá son los mayores expertos en sexualidad y así el niño va teniendo criterio, y si en la escuela le cuentan cosas contradictoria lo comentará y tendrás ocasión de aclarar o desmentir", sostuvo.
Blanco señaló que otro aspecto importante de la educación en la familia es el testimonio en coherencia con el discurso. "Si el niño viese a papá y mamá amargados todo el día, obviamente querrán vivir de manera distinta porque ellos no quieren vivir amargados".
Asimismo, subrayó la importancia de "ayudarles a amar la libertad, porque los niños cometerán errores, como lo cometemos todo, y una persona que ama su libertad sabe que no es sus errores. Por lo que, si un niño tiene ideales claros, morales sobre la sexualidad, y ama su libertad, está preparado para resolver cualquier problema".
Finalmente, Blanco sugirió que las familias se organicen en la medida de lo posible para "presionar" a los gobiernos para que la legislación sea respetuosa con sus derechos.
"Según las declaraciones internacionales de derechos humanos, empezando por la de la ONU de 1948, los titulares del derecho a educar somos las familias, no el Estado. El Estado tiene la obligación de ayudar, pero el derecho le corresponden a las familias mientras los niños son pequeños, es decir, menores de edad", explicó.
Recalcó que "no basta con quejarse, hay que dar el paso de decir 'esta es mi responsabilidad y voy a hacer lo que esté en mis manos para ejercerla lo mejor que pueda'".
"En la familia es donde se educa de verdad con eficacia, porque la educación es más eficaz cuanto más cariño hay y en la familia nos queremos, con lo cual la capacidad de influir unos en otros, y los padres en los hijos, es inmensa", concluyó Blanco.