El Obispo de Tortosa (España), Mons. Enrique Benavent, explicó al Papa Francisco la devoción a la Virgen de la Cinta de numerosas mujeres que "han experimentado su protección sobre sus hijos no nacidos".
"Es una advocación que, por su origen (la fiesta de la Encarnación del Señor), lleva a valorar y a cuidar la vida del ser humano no nacido", explicó Mons. Benavent durante la audiencia concedida a miembros de la Real Archicofradía de la Virgen de la Cinta, llevada a cabo este 12 de abril en el Vaticano, con motivo del cuarto centenario de fundación.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En esta línea, el Obispo de Tortosa destacó al Santo Padre la importancia de esta advocación mariana: "durante estos años he escuchado el testimonio de madres gestantes en dificultad, que han protegido la vida de sus hijos confiadas en la Virgen, y que han experimentado su protección sobre sus hijos no nacidos".
En estos cuatro siglos, gracias a la Archicofradía "se ha mantenido y ha crecido la devoción a la Virgen de la Cinta", relató el Prelado quien además explicó que la Archicofradía ha colaborado también "con las instituciones caritativas de la diócesis: Cáritas diocesana e interparroquial, casa de acogida, y con diversos programas de atención a los más pobres".
"Si la devoción a la Madre del Señor es auténtica nos llevar a estar atentos a las necesidades de todos sus hijos", aseguró Mons. Enrique Benavent.
Por su parte, el Pontífice los invitó a mirar el ejemplo de la Virgen María para llevar la "fraternidad a todos los rincones de la nuestra sociedad".
"Vivir de esta manera, como hermanos unidos, supone esfuerzo y renuncia, pero les aseguro que merece la pena, porque es un signo ante la sociedad que siempre está dividida, no es moda de ahora, siempre estuvo y es un pecado social dividirnos", expresó el Papa.