En la visita que hizo este domingo 7 de abril a la parroquia romana de San Julio en Monteverde, el Papa Francisco afirmó que "todos tenemos dudas" pero animó a pensar en esos momentos en la "fidelidad de Jesús".
Durante su encuentro con los grupos de catequesis, entre los que estaban niños de diferentes edades con sus padres, catequistas y jóvenes que se preparan al Sacramento de la Confirmación, una joven animadora de 20 años le preguntó al Papa sobre las dudas de fe, y cómo es posible confiar sin reservas en Dios.
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"Todos los hombres, las mujeres, los niños tienen dudas, en cierto momento tienen dudas, todos, es parte de la vida y dudar es poner a prueba a Dios para ver si es fiel, si es verdad que escucha nuestras dudas, cuando hay una enfermedad en la familia, por ejemplo, cuando fallece un familiar nos preguntamos por qué y vienen las dudas siempre", explicó el Papa.
En esos momentos, el Santo Padre animó a "pensar en la fidelidad en Jesús" porque "Él es el único fiel, nosotros somos fieles a los amigos, pero en ocasiones, no somos fieles, pero Jesús sí, una fidelidad que nunca desilusiona".
Por ello, el Pontífice les dijo a los jóvenes "no tengan miedo a dudar, esta duda compártela con los otros, discútela. Te hace crecer, no tengan miedo", remarcó.
A la responsable de los jóvenes que se preparan a la Confirmación le aconsejó: "enséñales a dudar, porque sino, harán de la Confirmación lo que algunos romanos dicen el 'Sacramento del adiós', después de la Confirmación, buena suerte si no nos vemos más y se van", señaló.
En esta línea, el Papa advirtió que los jóvenes se alejan "porque no saben cómo gestionar las dudas" en cambio, le dijo a la joven, "si tú como responsable les enseñas a dudar bien, y a buscar respuestas fuertes, tú si los preparas para que la Confirmación no sea el 'Sacramento del adiós', sino al Sacramento de la fuerza, del Espíritu Santo".
Al ser interrogado en concreto sobre si el Papa había tenido dudas y cómo había conseguido salir de ellas, Francisco dijo: "Si, he tenido muchas dudas, delante a las calamidades, y de cosas que han sucedido en mi vida" y añadió que consiguió salir porque "no salió solo".
"No se puede salir nunca solo de la duda, es necesaria la compañía de alguien que te ayude ir hacia adelante. Por eso es importante la compañía del grupo de los amigos. Hablar de las dudas con los padres, la catequista, con alguien y después hablar de las dudas con Jesús", alentó.
De este modo, el Pontífice destacó que algunas veces ha escuchado que la gente le decía "yo con Jesús no hablo porque me ha arruinado la vida, me he enojado con Jesús" y él señaló que "enojarse con Jesús es también una forma de rezar" por lo que animó a "no fingir ante Jesús, delante de Jesús" porque "Él es muy paciente".
"En la vida todos tenemos caídas, todos tenemos, ayudar a levantarse a quien se ha caído. El único momento que es lícito mirar de lo alto al bajo es solo para ayudarlo a levantarse, sino, no es válido mirar con superioridad, enseña esto también", dijo el Papa.
Después de impartir la bendición se dirigió a los niños y les dijo con sentido del humor "yo he visto alguna cosa extraña por allí" y les preguntó "¿Ustedes saben hacer bien la señal de la Cruz?" Y les dijo: "déjenme ver, porque alguno hace así… Hagamos la señal de la cruz juntos bien. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. ¡Así tienen que hacerla! Adiós y gracias", afirmó.
Programa de la visita
A su llegada, el Santo Padre fue recibido por el Vicario de la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo De Donatis, el Obispo Auxiliar del Sector Oeste, Mons. Paolo Selvadagi, el párroco P. Dario Frattini y el Superior General de Canónigos Regulares del Inmaculado Corazón, Rinaldo Guarisco.
Antes de la Misa, el Papa se reunió con varios grupos que forman parte de la comunidad parroquial. En primer lugar, con los enfermos en una sala de la planta baja del edificio parroquial. Después, en el piso superior, conversó con quienes realizaron el pesebre viviente los tres últimos años para recaudar fondos para los trabajos de restauración del templo.
El Papa también se reunió con recién casados y con todos los que participan en los cursos de preparación al matrimonio. También saludó a los trabajadores y a los voluntarios de la Cáritas parroquial, y entre ellos, a cuatro personas sin techo que vivieron allí durante la emergencia de la ola de frío en invierno.
Asimismo, se encontró con los responsables de la reconstrucción de la iglesia, así como con los grupos de catecismo, bautismo, comunión y confirmación. En total, saludó alrededor de 350 personas.
Luego saluda a los sacerdotes y confesará a cuatro fieles: tres jóvenes y una adulta. Finalmente, el Papa Francisco celebra la Misa en la iglesia con el rito de dedicación del altar.