Mons. Philippe Jourdan, Administrador Apostólico de Estonia, llegó al Vaticano para el inicio de la fase romana de la causa de beatificación del Obispo Eduard Profittlich, Prelado de origen alemán que murió mártir y que podría convertirse en el primer santo del país europeo.
Además de agradecer al Santo Padre su visita a Estonia, el Administrador se refirió a la importancia de la causa que ahora promueve.
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En declaraciones a la agencia SIR, el Obispo explicó que "el proceso comenzó en 2003, aunque los esfuerzos comenzaron en la década de 1990. La fase diocesana duró 16 años. Ahora espero que sigamos adelante".
"Hablé de esto con el Papa el año pasado en Tallin", cuando visitó Estonia en 2018. "El Santo Padre se interesó en el asunto ya que el fallecido Arzobispo era un hermano del Papa, un jesuita. El postulador de la sección romana es el postulador general de la Compañía de Jesús".
"Es difícil decir cuánto tiempo tomará (la fase romana), pero estamos trabajando para que la beatificación pueda ocurrir en 2022, cuando se cumplan 80 años de la muerte del Obispo Profittlich", dijo Mons. Jourdan a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI.
Si esto ocurre, prosiguió el Prelado, "el Obispo Profittlich sería el primer beato o santo de la Iglesia Católica de Estonia, tras 800 años de evangelización. Y solo esto hace entender lo importante que es este proceso de beatificación".
"El Obispo Profittlich murió en la cárcel de Kirov, condenado a muerte. Así el proceso de beatificación no reconoce solo la santidad del Obispo sino también la trágica historia de los países bálticos en el siglo XX", destacó el Administrador Apostólico de Estonia.
Sobre el comunismo, Mons. Jourdan precisó que "no se trata de acusar a nadie, porque el pueblo ruso sufrió en el mismo periodo como sufrió también el pueblo estonio. Se trata entonces de reconocer la inhumanidad de una ideología y de un sistema que no debería existir nunca más".
Breve biografía
Eduard Profittlich, el octavo de diez hijos, nació el 11 de septiembre de 1890 en Birresdorf, en el territorio de la actual Alemania.
Ingresó en la Compañía de Jesús en Holanda. Su hermano mayor Peter murió como misionero en Brasil.
Durante la Primera Guerra Mundial, Eduard se desempeñó como enfermero y asistente quirúrgico desde 1916 hasta 1918 en el ejército alemán.
Fue ordenado sacerdote el 27 de agosto de 1922. Ingresó en el nuevo Pontificio Instituto Oriental en Roma con la intención de prepararse para el trabajo misionero clandestino en Rusia.
El 11 de mayo de 1931, fue designado administrador apostólico de Estonia. Allí comenzó a publicar el primer semanario católico llamado "La vida de la Iglesia", que era leído especialmente por la intelectualidad estonia.
El 27 de diciembre de 1936 fue consagrado arzobispo.
En septiembre de 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial. Permaneció en Tallin incluso después de la ocupación soviética de Estonia en junio de 1940 y fue a la embajada alemana en la capital estonia tres veces para obtener visas de salida para sacerdotes y monjas encarcelados por los soviéticos.
La embajada alemana en Tallin le insistió en que volviera a asumir la ciudadanía alemana y renunciara a su ciudadanía estonia, a lo que no accedió.
El 27 de junio de 1941, el Arzobispo Profittlich fue arrestado por ocho agentes de la NKVD, el llamado Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos; y fue trasladado a la prisión de Kirov en Rusia, acusado de agitación y ayuda antisoviéticas a eclesiásticos católicos en el extranjero.
Además, fue acusado de espionaje en favor del Tercer Reich alemán, para lo cual presentaron como prueba sus visitas a la embajada en Tallin. A todos estos cargos, el Arzobispo Profittlich siempre respondió afirmando que era inocente.
El 21 de noviembre fue condenado a muerte, pero murió el 22 de febrero de 1942 en la prisión de Kirov antes de que se ejecutara la sentencia.
Mons. Profittlich estaba dispuesto a aceptar el martirio de la fe. En una carta a sus familiares y conocidos el 8 de febrero de 1941, escribió que el lugar del pastor es su rebaño donde comparte la alegría y el sufrimiento.
En la misiva decía que estaba listo para dar "la vida y, si es necesario, mi muerte. Eso es la vida y la muerte para. Cristo".