En un mensaje publicado este 2 de abril, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) instó a las autoridades a decir siempre la verdad, considerando que el "pueblo está cansado de tantos engaños" proferidos en medio de la grave crisis humanitaria.
En el comunicado titulado "Tengo Sed", los prelados expresaron su preocupación por el pueblo venezolano y manifestaron la necesidad de reafirmar la dignidad de la persona humana y sus derechos inalienables; denunciar los delitos de lesa humanidad; y llamar a la conversión esta Cuaresma.
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"Nuestra preocupación se dirige a todos y cada uno de los hombres y mujeres de Venezuela, en especial a quienes se sienten abandonados y sufren las calamidades de la crisis actual. Reafirmamos la dignidad y centralidad de la persona humana", hecha a imagen y semejanza de Dios y elevada a hijo de Dios por medio de la Encarnación, dijeron los obispos.
Recordaron, además, que para la Iglesia "ninguna persona puede ser menospreciada por ninguna ideología" o "finalizada a proyectos de carácter económico, social o político, impuestos por autoridad alguna".
"Por su dignidad y centralidad, toda persona tiene unos derechos inalienables. El primero y fundamental es el de la vida, de donde surgen todos los demás", acotaron los obispos, y añadieron que esos derechos son "universales", "inviolables", "irrenunciables" porque su "fuente última" se encuentra "en el hombre mismo y en Dios su Creador".
Asimismo, lamentaron los delitos de lesa humanidad que ocurren en el país "bajo la mirada complaciente de las autoridades" y de la Fuerza Armada Nacional, que no tiene en cuenta lo que enseña la Constitución.
Entre estos crímenes, los obispos mencionaron "la deportación forzosa de colombianos y venezolanos, sin los procedimientos de ley", "la encarcelación u otra privación grave de la libertad física", "la tortura que se realiza en contra de detenidos por motivos políticos", la desaparición forzada de personas", la "privación del acceso a alimentos y medicinas".
En su mensaje los obispos también expresaron su "profunda preocupación" por "los recurrentes 'apagones' a nivel nacional que, entre otras cosas, agudiza aún más la crisis de suministro y conservación de los alimentos y medicinas".
"A esto se suma, además, el agravamiento del problema de la falta de agua potable en muchos lugares del país que, en su conjunto, amenaza con degenerar en una situación sanitaria de carácter catastrófico. Las múltiples protestas de los ciudadanos manifiestan el descontento generalizado ante la falta de respuestas de los organismos del Estado", acotaron.
En ese contexto, la CEV afirma estar unida al "clamor del pueblo" que pide "un cambio político" ante la "ingobernabilidad" de un régimen ilegítimo.
"Es necesario reconocer la legitimidad jurídica y moral de la Asamblea Nacional para emprender caminos de entendimiento y solución. Resulta grave, ilegal e irresponsable el llamado a los 'colectivos' a reprimir a la gente cuando reclama legítimamente sus derechos fundamentales", anunciaron.
Finalmente, en el último punto del comunicado referido a la conversión, los obispos recordaron la importancia de escuchar a Cristo en este tiempo de Cuaresma.
"Cristo nos invita a la Conversión, que consiste en la amplitud de mente y corazón para hacer el bien a todos los seres humanos (…). Estamos llamados a cambiar, a reconciliarnos y a arriesgarnos a poner en práctica la ley del amor fraterno", sostuvo la CEV.
Aseguraron que al culminar la Cuaresma solo podrá celebrarse la Pascua "si todos los creyentes y personas de buena voluntad" unen "esfuerzos para hacer brillar el resplandor de la dignidad humana e invitamos a salir de su oscuridad a quienes están atentando contra los hermanos con delitos de lesa humanidad".
"Para ello, es necesario tender puentes y derribar muros de división, en la edificación de una patria que sea casa para todos. Es nuestro desafío, ¿lo asumiremos?", instaron los prelados.
Para leer el comunicado completo ingrese AQUÍ.
Situación de Venezuela
A la grave crisis por la falta de alimentos y medicinas, desde el 7 de marzo Venezuela es afectada por apagones que han provocado nuevas protestas.
Maduro destituyó del cargo de ministro de Energía al general Luis Motta Domínguez y lo reemplazó por Igor José Gavidia León, sin dar mayores explicaciones sobre su decisión, anunciada un día después, de lanzar un plan de racionamiento de electricidad por 30 días, en los que espera resolver las fallas eléctricas.
Debido a las fallas eléctricas, Caracas se ha quedado sin luz y sin agua.
Maduro asegura que Venezuela sufre una "guerra eléctrica" y que la inestabilidad se debe a supuestos ataques contra el sistema perpetrados por la oposición y el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.
Por su parte, la oposición venezolana responsabiliza al Gobierno y a la Corporación Eléctrica Nacional (CORPOELEC) por los apagones.
En los últimos días han ocurrido protestas en Caracas y en los estados de Carabobo, Lara y Aragua. Las manifestaciones fueron dispersadas por agentes de la Policía Nacional Bolivariana y colectivos armados afines al Gobierno.
El sábado 30 de marzo el líder opositor y reconocido presidente interino de Venezuela por unas 50 naciones, Juan Guaidó, dijo que los venezolanos deben manifestarse "cada vez que se vaya la luz en Venezuela".
El 1 de abril el Tribunal Supremo de Justicia solicitó a la Asamblea Constituyente –controlada por el Gobierno– que revoque la inmunidad parlamentaria del líder opositor por haber "quebrantado" una sentencia de prohibición de salida de Venezuela.
Si la revocación se hace efectiva, Guaidó no estaría protegido ante un posible arresto y posterior juicio.