Tres obispos de la provincia de Corrientes (Argentina) manifestaron su tristeza por el caso de una niña de 13 años, embarazada producto de una violación y a la que practicaron un aborto el pasado 26 de marzo.
El Juzgado de Instrucción y Correccional de Santo Tomé autorizó el aborto no punible a una niña de 13 años, embarazada de 17 semanas producto de una violación.
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La solicitud fue realizada por la madre de la menor. El examen del Instituto Médico Forense, Social y Psicólogos confirmó el diagnóstico de "retraso mental moderado, epilepsia con crisis convulsiva tónico, clónicas" de la niña.
Luego de la resolución del tribunal los médicos procedieron al aborto mediante fármacos, pero al fallar este método se optó por una esterilización quirúrgica o ligadura de trompas.
"A nosotros este final nos entristece. Nunca la muerte puede ser la mejor solución", expresaron el Obispo de Santo Tomé, Mons. Gustavo Montini; el Obispo de Goya, Mons. Adolfo Canecín; y el Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik.
"Sucesos de esta envergadura ameritan serenidad y ponderación porque está en juego la vida de seres humanos", expresaron los obispos.
Asimismo, manifestaron que así como se obró "rápidamente frente a este penoso suceso", los actores necesarios "actúen de la misma manera buscando y condenando a quien haya sido el presunto violador", ya que "su presencia pone en riesgo la integridad de toda la comunidad y sobre todo de aquellas personas más vulnerables e indefensas".
Por último, los obispos cuestionaron si la esterilización quirúrgica "no vuelve a ubicar a esta niña en una condición aún más pasible de nuevos actos de violencia física y sexual".
"Confiamos en que los diversos organismos del Estado estarán atentos para que hechos de estas características no vuelvan a suceder entre nosotros", concluyeron.