El Papa Francisco visitó por sorpresa la Pontificia Universidad Lateranense de Roma este 26 de marzo antes de ir al Ayuntamiento de Roma y dirigió una meditación de Cuaresma en la que alertó sobre el individualismo y el invierno demográfico.
Durante la lectio divina dirigida a la comunidad académica en el Aula Magna y acompañado por el Gran Canciller de la Universidad, Cardenal Angelo De Donatis; y el rector, Mons. Vincenzo Buonomo, el Santo Padre reflexionó sobre la primera lectura de la liturgia del día del libro del profeta Daniel.
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El Papa alertó sobre "la presión que recibimos continuamente para vivir en un individualismo cómodo y avaro, todos nosotros, preocupados solo por nuestro propio bienestar, nuestro tiempo libre y la realización personal".
"Me detengo para tocar un punto que me hace sufrir: nuestro invierno demográfico. El invierno demográfico que todos sufrimos hoy es precisamente el efecto de este pensamiento único y egoísta, dirigido solo a uno mismo, que solo busca 'mi' realización", denunció.
Por ello, el Santo Padre aseguró que "el Evangelio nos da los antídotos más radicales y profundos para defendernos y sanar de la enfermedad del individualismo".
El Pontífice explicó que "escuchar la Escritura a partir de la realidad de hoy revela y comunica otros significados, que están contenidos en ella".
Sobre el texto del libro del profeta Daniel en el que tres jóvenes -Ananías, Azarías y Misael- son arrojados al fuego por no adorar una estatua de oro, el Papa Francisco destacó "la determinación de ser fieles a Dios y de preservar su libertad, de hecho, los expone al martirio, como sucede hoy en día a los cristianos, en algunas partes del mundo".
En esta línea, el Papa afirmó que "también nosotros vivimos un contexto cultural marcado por un pensamiento único", que "envuelve y adormece con su abrazo mortal y quema todas las formas de creatividad y pensamiento divergente" por lo que invitó a caminar "con las raíces en Jesús y su Evangelio".
De este modo, el Santo Padre dijo a los estudiantes que su camino académico no debe "aislarlos de este contexto, sino más bien, vivirlo con conciencia crítica y capacidad de discernimiento" para contribuir a la vida cultural y social del mundo.
Para ello, el Pontífice señaló a los jóvenes la importancia del testimonio de los padres de la Iglesia que testimonian que Dios "no los ha abandonado en la ruina, en cambio ha sido fiel a las promesas hechas".
"Me gustaría tanto que cuiden esta esperanza basada en la promesa de Dios. Quisiera que al planificar el futuro guarden la memoria de ser un pueblo, de tener una historia con luces y sombras, de ser protagonistas en el hoy, de ese diálogo de amor entre Dios y los hombres a través de los siglos", exclamó.
En este sentido, el Papa animó a superar la "herencia del iluminismo "para que los estudios que realizan los ayuden a "interpretar el mundo y a construir el futuro junto al Señor, basados en la pertenencia al pueblo santo de Dios, que los guía con amor, inspira, nutre y corrige con su Palabra".
Al finalizar, el Santo Padre deseó un buen camino de Cuaresma y que "el Señor llene su rostro con su luz y lo haga bello como era el rostro de los tres jóvenes del libro de Daniel por la fidelidad a la Palabra de Dios" y exhortó a los jóvenes a "no perder el sentido del humor". "Ver a un joven amargo es muy feo. El sentido del humor es, en el nivel humano, la actitud más cercana a la gracia de Dios. ¡No pierdan el sentido del humor!", concluyó.