En el marco de la celebración de la Solemnidad de la Anunciación –en que la Iglesia celebra la encarnación de Jesús–, y del Día del Niño por Nacer, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que "hoy más que nunca" el país necesita "un compromiso más decidido y eficaz en la defensa de la vida humana".
En su comunicado titulado "Anunciando la Vida", los obispos mexicanos alentaron a "que se establezca un camino común donde organizaciones, grupos, movimientos y todos aquellos que quieran ser anunciadores de vida, sean una sola voz, remen en la misma dirección, teniendo como objetivo la promoción, el cuidado y la defensa de la vida humana desde el momento de la concepción hasta su muerte natural".
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La CEM señaló que "la realidad socio-política en la que nos encontramos es compleja y deja ver claroscuros".
"Por un lado, signos de esperanza y de vida en algunas regiones del país, donde el Estado reconoce, protege y tutela, el derecho a la vida que todo ser humano tiene desde el momento de la concepción hasta la muerte natural".
Sin embargo, indicaron, también se presentan "manifestaciones de violencia y muerte que cambian la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, sobre nuestras relaciones interpersonales y nuestro entorno, modificando valores y comportamientos".
Los obispos aseguraron que "México le dice ¡sí a la vida! Anunciemos sin temor el Evangelio de la vida que nos lleva a todos, no solo a los creyentes, a defender, cuidar y proteger a toda vida humana".
Lamentaron sin embargo que "la sociedad actual, bañada en un tinte de posmodernismo, abandera, superficial y falazmente, el estandarte del progresismo".
"Culturalmente pareciera que el inmanentismo y el subjetivismo, cimentados en una mentalidad relativista, absolutizan la fugacidad del tiempo presente convirtiendo al hombre actual, en un hombre superficial, esclavo del momento, carente de compromisos trascendentes y de razonamientos profundos", señalaron.
Para la CEM, "la radicalización del relativismo se ha convertido en el nuevo totalitarismo buscando acallar los dictados de la razón y justificando hasta lo más absurdo. Esto ha generado un sinfín de eufemismos que conducen al adormecimiento colectivo de las conciencias, permitiendo así, justificar prácticamente cualquier cosa, incluso aquellas que atentan contra la dignidad y los derechos fundamentales de toda persona, creando así esta cultura del descarte".
Los obispos recordaron además que el Papa Francisco, en su viaje a México en febrero de 2016, dijo que "el aborto no es un 'mal menor'. Es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia'".
Al finalizar su mensaje, la Conferencia del Episcopado Mexicano pidió a la Virgen de Guadalupe que "siga intercediendo por nosotros, nos deje sentir su maternal compañía y, como ella, seamos capaces de pronunciar un libre, firme y valiente SÍ en favor de toda vida humana".