Este domingo 24 de marzo el nuevo administrador apostólico de la Arquidiócesis de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós Braco, aseguró en su primera Misa que los abusos cometidos por miembros del clero son "injustificables e intolerables" y que las víctimas serán atendidas.
En la Misa realizada al mediodía (hora local) en la Catedral de Santiago de Chile, también se despidió de la feligresía el Cardenal Ricardo Ezzati Andrello.
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"De modo especial atenderemos y serviremos a los que sufren atropello a su dignidad de persona, resultado de abusos y delitos absolutamente injustificables e intolerables por parte de clérigos. No bastan retoques de maquillaje. Necesitamos reformas y cambios profundos, cambios que parten del corazón de cada uno de nosotros que tiene que buscar la verdad y la justicia para ser cada día más misericordioso", dijo Mons. Aós en su homilía.
En ese contexto, recordó que el "maltrato y el abuso siempre lesionan, disminuyen la vitalidad e impiden que las personas florezcan y den frutos tal como Jesús quiere".
El sábado 23 de marzo el Papa Francisco aceptó la renuncia del Cardenal Ezzati y nombró como administrador apostólico al capuchino Mons. Aós, hasta ahora Obispo de Copiapó, con vasta experiencia en justicia canónica.
La decisión del Papa Francisco se enmarca en la compleja situación que enfrenta la Iglesia en Chile por los escándalos de abusos.
Al inicio de su homilía, Mons. Aós agradeció al Cardenal Ezzati y a todos obispos, sacerdotes y diáconos de la arquidiócesis.
"Dios, sólo Dios conoce toda su generosidad y dedicación, todos sus esfuerzos y trabajos. Ninguna comunidad puede olvidar a sus pastores y padres en la fe que Jesucristo le asignó. Así como lo sostuvieron las oraciones de los fieles, cuente, señor cardenal, con nuestra amistad y nuestras oraciones y siga usted poniéndonos bajo la protección maternal de María Auxiliadora", dijo el Prelado.
También se dirigió al clero para aconsejar que en "horas de turbulencia, desconcierto y turbación" han sido llamados a no quedarse "rumiando la desolación, a no caer en la duda, el miedo y desconfianza".
"Somos llamados a pasar de una Iglesia de abatidos, desolados, a una Iglesia servidora de tantos abatidos que conviven a nuestro lado (…) Sé que juntos nos ocuparemos de los que sufren, en las cárceles y hospitales, de los que están cesantes o en trabajos indignamente remunerados. Por los emigrantes, estudiantes, por quienes no se les da una formación y educación valórica, humana y cristiana", agregó.
En otro momento, Mons. Aós pidió que recen por el Papa Francisco y por él, para que "pueda ir conociendo" la Iglesia de Santiago y "la vaya amando con sus virtudes, cualidades, deficiencias y pecados, y para que pueda servirla caminando con todos buscando y discerniendo la voluntad de Dios".
Finalmente, indicó que para poder "avanzar" en conjunto se debe pedir a Dios "la valentía de llamar a las cosas por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que él nos está diciendo".
"Que nos conceda la sabiduría para no tomar a los que se nos oponen como enemigos, sino a aceptar con serenidad las críticas y contradicciones", añadió.
Para leer la homilía completa ingrese AQUÍ.