El Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Nueva York, aseguró que la ideología de género es un "paso atrás" para la humanidad que, al "eliminar la diferencia sexual" entre hombres y mujeres, ha creado un problema y no una solución.
El 20 de marzo el también jefe de la Delegación de la 63° reunión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), realizó una ponencia durante el evento "Igualdad de género e ideología de género: protección de mujeres y niñas", que la Santa Sede patrocinó en la ONU junto con la Fundación Heritage.
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En su exposición, el Arzobispo Auza dijo que cuando la CSW comenzó a reunirse en 1947 no era necesario discutir la pregunta básica de quién es la mujer, porque la respuesta era obvia para todos. "Inclusive en 2011, cuando se estableció la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, también conocida como ONU Mujeres", añadió.
Sin embargo, indicó que el fenómeno reciente de la "identidad de género" y la ideología de género ha hecho que sea necesario hacer esa pregunta.
"En lugar de conducir a una sociedad más libre y justa, en otras palabras, la ideología de género dificulta la comunión y la generación entre hombres y mujeres. Es un 'paso atrás', porque 'la eliminación de la diferencia (sexual) de hecho crea un problema, no una solución'", enfatizó el Prelado, citando el discurso del Papa en la Audiencia General del 15 de abril del 2015.
Mons. Auza advirtió que esta ideología pretende que "la condición de mujer" sea vista "como la manera en que uno piensa o se expresa sobre uno mismo", y por tanto, aquellos que "se consideran mujeres deben ser tratados tales, independientemente de su naturaleza biológica en los niveles celular, endocrinológico o reproductivo, independientemente de características sexuales primarias y secundarias, u otros factores".
En ese contexto, Mons. Auza advirtió que "sustituir la identidad de género por el sexo biológico tiene enormes ramificaciones en distintas áreas" como la ley, educación, economía, salud, seguridad, deportes, idioma y cultura; inclusive en términos de antropología básica, dignidad humana, derechos humanos, matrimonio y familia, maternidad y paternidad, y la causa de mujeres, hombres y especialmente niños.
En otro momento, el Arzobispo reiteró que el Papa Francisco ha sido claro sobre este tema. Por ejemplo, el 2 de octubre de 2016, cuando el Pontífice resaltó "la dignidad y el derecho a no ser discriminados por quienes no se sienten representados por su sexo biológico"; pero por otro lado, no olvidó mencionar los peligros derivados de la ideología de género.
El Prelado también citó el párrafo 56 de la exhortación apostólica Amoris laetitia, en la que el Papa enfatiza que la ideología de género niega "la diferencia y la reciprocidad natural del hombre y la mujer", sugiere "una sociedad sin diferencias de sexo y vacía la base antropológica de la familia".
Al final de su discurso, Mons. Auza insistió que "cuando la dualidad natural y complementaria del hombre y la mujer se cuestiona, la noción misma de ser, lo que significa ser humano, se ve socavada".
"El Papa Francisco está particularmente preocupado por la ideología de género que se enseña a los niños, por lo que se alienta a los niños y niñas a que, en la edad más temprana de la existencia, cuestionen si son niños o niñas y se les dice que el género es algo que uno puede elegir. También ha expresado su preocupación por la presión cultural, lo que él denomina 'colonización ideológica', que se coloca en los países, y en las culturas y los individuos que se resisten a esta nueva antropología radical", concluyó el Arzobispo.