El colegio Nuestra Señora del Pilar de Jerusalén es un punto de unión entre las religiones porque dentro de sus paredes estudian chicas cristianas y musulmanas de escasos recursos en el que aprenden, además de Matemáticas y Literatura, a convivir con respeto y sinceridad entre ellas.
La hermana Marta Gallo es misionera de las Hijas del Calvario y directora del Colegio Nuestra Señora del Pilar situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén (Israel) un centro revolucionario porque en este se educan juntas niñas pobres cristianas y musulmanas.
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"A la vez que nuestras fundadoras llegaron a Jerusalén, el cónsul español estaba pensando en sacar las oficinas del consulado fuera de los muros de la Ciudad Vieja. Cuando supo que habían llegado unas religiosas españolas con intención de buscar una casa, él la cedió con la condición de que abrieran un colegio para niños pobres del barrio cristiano", relata la religiosa a ACI Prensa en su despacho del Colegio Nuestra Señora del Pilar en Jerusalén.
"En el corazón del barrio cristiano, donde está el colegio no solo hay cristianos, sino también algunas familias musulmanas y hebreas. Con ellas convivimos y sinceramente desde que llegué aquí nunca he tenido ningún incidente, aunque también es cierto que no con todos podemos entablar amistad", explica la religiosa.
De esta manera comenzó el Colegio Nuestra Señora del Pilar, también conocido como el "colegio español". Los primeros años escolarizaron a los niños y las niñas más necesitados, pero siempre sin hacer distinciones en la religión.
De hecho, la religiosa explica que "en el mes de mayo, cuando las niñas están en fila antes de entrar en clase, todas nos giramos hacia la imagen de la Virgen del Pilar que hay en el patio y hacemos 'las flores de la Virgen', que es un momento de oración en el que se reza el Avemaría y se canta una canción. Y todas las niñas lo hacen. Al igual que durante el tiempo de Ramadán se adapta un poco el horario para facilitar que las madres puedan recoger a las niñas antes para tener tiempo para preparar la cena de la noche, que es muy importante para ellos. Aquí saben que se respeta a todo el mundo".
De hecho, el uniforme del colegio incluye una imagen de la Virgen del Pilar bordado en el jersey que llevan todas las alumnas.
Sin embargo, desde hace algunos años, debido al gran número de solicitudes de alumnos que recibieron, las Misioneras Hijas del Calvario decidieron que el colegio sería sólo de niñas.
Actualmente este colegio tiene a unas 200 niñas desde párvulos al último curso de bachillerato, "recibimos a las niñas pobres del barrio cristiano y también de fuera de los muros de la ciudad. Son niñas cristianas, católicas, ortodoxas, coptas, etíopes, armenias… Hay de todo. Y también musulmanas. Ellas estudian juntas todas las materias y en la clase de religión se dividen, y unas van con una maestra musulmana y las cristianas con una profesora cristiana", asegura.
Pero además de que las niñas pobres tengan la posibilidad de estudiar, la hermana Marta Gallo también asegura que se trabaja mucho "la amistad entre ellas, que haya una relación verdadera, profunda y duradera. Yo he visto cómo se han hecho grandes amigas y esa amistad todavía dura hoy".
En ese sentido, la directora del Colegio Nuestra Señora del Pilar destaca que esa relación entre las niñas de distintas religiones es algo "tremendamente positivo" y un gran paso para la sociedad.
La hermana Marta recuerda una de las muchas historias de amistad verdadera que se han dado entre los muros de su colegio.
"Eran una niña cristiana y otra musulmana que se hicieron muy amigas. El padre de la cristiana estaba muy enfermo y sólo tenía a su hija para cuidarle. Un año se organizó un viaje y fue la chica musulmana, y la cristiana se quedó. Al año siguiente, le tocaba ir a la chica cristiana, pero no fue elegida porque su padre estaba al borde de la muerte. Pero la amiga musulmana vino a hablar conmigo para decirme, de corazón, que ella se comprometía a cuidar al padre de su amiga cristiana los días que ella estuviera fuera, para que su amiga pudiera ir al viaje", explica a ACI Prensa visiblemente emocionada.
Como las familias no tienen recursos económicos suficientes para pagar el colegio de sus hijas, las Hijas del Calvario se las arreglan para subsistir gracias a subvenciones que reciben, entre otros, de la Fundación Promoción Social, una ONG española de desarrollo especializada en proyectos de educación.
De hecho, según explica la religiosa, en el pasado curso escolar tan sólo 10 de las 200 familias pagaron las mensualidades del colegio, pero ellas están decididas a seguir adelante acogiendo a quienes no tienen recursos.
La hermana Marta recuerda cómo al principio de este curso escolar una mujer musulmana fue al colegio para hablar con ella. "Venía embarazada de su quinta hija. Me contó que su marido la había dejado hacía pocos días porque él quería tener hijos varones y ella sólo tenía niñas. Con claridad y crudeza me planteó que ella no podría pagar la escolaridad porque no tenía ni para vivir, pero que venía a pedir que sus hijas entraran en el colegio porque era la única posibilidad de que no fueran analfabetas para el resto de su vida", aseguró.
Gran parte de las niñas que han estudiado en el Colegio Nuestra Señora del Pilar de Jerusalén han estudiado grados medios que les permiten trabajar y así apoyar económicamente a sus familias.
"Este curso, por primera vez desde hace 17 años, los franciscanos han dado una beca a dos de nuestras niñas para estudiar en la universidad. Una estudiarán en la Universidad de Belén y la otra en la Universidad de Hebreo, que es lo que han elegido cada una. Esta última es tremendamente inteligente, su padre murió y su madre viuda ha sacado adelante a una familia muy grande limpiando casas, y con un hijo minusválido mental con el que tiene que ir a todas partes. Esta niña sacó 95% en el examen de estado, que es el equivalente a la selectividad, y cuando fue a la universidad para hacer el examen de ingreso, le dijeron que no hacía falta que lo hiciera y fue aceptada para cursar cualquier carrera que eligiera", asegura.