El Papa Francisco destacó la importancia del "turismo lento" que contrapone al de masas, marcado por el consumismo, y en cambio "promueve la calidad y la experiencia, la solidaridad y la sostenibilidad".
El Pontífice hizo esta invitación este 22 de marzo durante la audiencia a miembros del Centro de Turismo Juvenil con motivo de su 70º aniversario de fundación.
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El Santo Padre recordó que esta asociación surgió cuando algunos jóvenes de la Juventud de Acción Católica, durante un viaje que realizaban con Don Carlo Carretto, sintieron en el tren que los llevaba a Ginebra la inspiración del "turismo lento".
Por ello, indicó, se propusieron ser "portadores, a través de múltiples actividades recreativas y culturales, de lazos sociales inspirados en la participación y en una visión integral de la persona humana, cultivando el sueño de animar y transformar el entorno social".
De este modo, el Centro de Turismo Juvenil promueve un turismo "que no está inspirado en los cánones del consumismo o deseoso solamente de acumular experiencias, sino capaz de favorecer el encuentro entre las personas y el territorio y de favorecer el crecimiento en el conocimiento y el respeto mutuos".
"Si visito una ciudad, no solo es importante que conozca los monumentos, sino también que me dé cuenta de la historia que tiene detrás, de cómo viven sus ciudadanos, de los desafíos que tratan de enfrentar. Si subo una montaña, además de mantenerme dentro de los límites que la naturaleza me impone, tendré que respetarla admirando su belleza y protegiendo su entorno, creando así un vínculo con los elementos naturales hecho de conocimiento, reconocimiento y aprecio", explicó el Papa.
En esta línea, el Pontífice destacó que esta forma de viajar fue definida como "turismo lento" para contraponerlo al de masas "porque promueve la calidad y la experiencia, la solidaridad y la sostenibilidad".
"Como mascota de este turismo cuidadoso y constructivo han elegido una tortuga, representada en el carnet de este año, que con su calma decidida nos enseña que la lentitud ―si no es el fruto de la pereza― genera atención a los lugares y a las personas, fidelidad a la tierra y dedicación a ella", señaló el Papa.
Precisamente, el Santo Padre explicó que la práctica del "turismo lento, basada en la animación y la educación cultural y ambiental, ayuda a vivir cada momento de la vida cotidiana, incluidos los del trabajo y del mayor esfuerzo, de una manera diferente y más consciente", por lo que los animó a mantener "la amplitud de sus horizontes, vivir los espacios con la vigilante lentitud de la tortuga y animar el tiempo libre de una manera alegre y gratuita".