El Papa Francisco destacó este viernes el legado de los santos Cirilo y Metodio, dos hermanos cuya vasta obra de evangelización en lo que hoy son las repúblicas Checa y Eslovaca constituye "un modelo de inculturación que todavía es válido en sus elementos esenciales".
Con ocasión del 1.150º aniversario de la muerte de San Cirilo, el Santo Padre recibió en el Vaticano este 22 de marzo a dos delegaciones de parlamentarios de la República Checa y de la República Eslovaca a quienes recordó que la misión de San Cirilo, junto con la de su hermano San Metodio, han marcado "indeleblemente la historia, el arte y la cultura" es estos países.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Señaló que San Cirilo "supo tejer relaciones de conocimiento y cordialidad entre los pueblos, convirtiéndose en el eslabón entre diferentes culturas y tradiciones eclesiales".
En esta línea, el Papa explicó que su historia enseña que "el cristianismo siempre ha sido la fuente de esperanza y la fuerza de la recuperación, especialmente en los períodos más oscuros y difíciles".
Por ello, el Pontífice animó a "profundizar las riquezas espirituales y culturales heredadas de los dos hermanos de Tesalónica que son un patrimonio moral para custodiar y valorizar cada vez más".
En primer lugar, el Papa Francisco destacó que "la traducción de la Biblia al antiguo idioma eslavo fue un don tanto para la vida religiosa como para el desarrollo cultural de vuestras tierras" y remarcó que los santos Cirilo y Metodio, "además del acceso directo a las Sagradas Escrituras en el idioma local, también aportaron el llamado alfabeto eslavo".
Por lo tanto, el Santo Padre dijo a los parlamentarios que "el mensaje bíblico-cristiano desempeñó un papel clave en el nacimiento del estado jurídico" de estos países como en los estados cercanos. "En el cristianismo, anunciado mediante la predicación y la celebración de la liturgia, tuvo lugar el momento crucial de su sociedad", afirmó.
En este sentido, "la vasta obra de evangelización, realizada con ardor apostólico por San Cirilo y su santo hermano en sus tierras, constituye un modelo de inculturación que todavía es válido en sus elementos esenciales".
"El Evangelio, en efecto, no debilita lo que es auténtico en las diferentes culturas locales, sino que ayuda a las personas y comunidades a reconocer y realizar el bien, la verdad y la belleza", dijo el Papa.
Por este motivo, el Pontífice llamó a estos representantes del pueblo a "redescubrir el vínculo intrínseco entre el Evangelio y su identidad cultural, reevaluando sus raíces cristianas para construir una sociedad en la que haya una aceptación mutua y una solidaridad recíproca".
"Espero que una herencia espiritual y cultural tan significativa suscite en todos sus conciudadanos el deseo de encuentro y apertura hacia los demás. Se trata de saber convivir en la diversidad, a través del diálogo, compartir, construir puentes y derribar las barreras de la desconfianza y los prejuicios. Con estas actitudes nos convertimos en testigos de la solidaridad y artífices de la paz", exclamó el Papa.
Al finalizar, el Santo Padre deseó a los funcionarios públicos ser "protagonistas de la fraternidad, promotores claros e irreprochables del bien común, para ofrecer esperanza a quienes los han elegido para una tarea de tan alta responsabilidad", y para ello, los encomendó a la Virgen María.