"Nos duelen y avergüenzan profundamente los delitos y las situaciones de escándalo que seguimos conociendo de parte de miembros de nuestro clero", afirmó un grupo de más de 70 sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago de Chile.
Los presbíteros compartieron su reflexión sobre los escándalos de abusos al interior de la Iglesia en un mensaje dirigido a los fieles, que fue difundido el domingo 17 de marzo al final de las misas y en otras instancias.
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Al comenzar su mensaje, los pastores expresaron su dolor y vergüenza por los casos de abusos, "por las personas que han sido heridas y abusadas y que muchas veces no han sido acogidas en su dolor".
"Esperamos que todos los delitos sean sancionados oportunamente por la justicia civil como corresponde y que también se apliquen las sanciones canónicas más rigurosas. El abuso no puede tener cabida en el sacerdocio", indicaron.
Afirmaron que viven su vocación sacerdotal como "una opción de seguimiento a Cristo y de servicio a los hermanos, y nos hace inmensamente felices. Hemos adherido con total libertad a ella y lo consideramos un regalo de Dios. Tenemos la responsabilidad de vivirla de acuerdo a lo que nos pide el Evangelio y la Iglesia".
En ese sentido, señalaron que "nos avergüenza que hermanos sacerdotes, en quienes nosotros también habíamos puesto nuestra confianza, hayan cometido distintas formas de delitos y abuso".
"Nos duele por las víctimas y nos decepciona ver cómo degradan el sacramento del orden sacerdotal y también banalizan otros sacramentos como la confesión y el matrimonio. Sentimos, como tantos laicos, laicas y consagrados, dolor, rabia y decepción", agregaron.
Mencionaron que a muchos les ha tocado "escuchar, acoger y acompañar a víctimas de abusos, y nos impresiona y desgarra hondamente el dolor causado". Por eso se comprometieron "en primer lugar con ellos, para que encuentren en nosotros siempre una disposición de acogida y de ayuda".
Asimismo, "queremos trabajar la prevención de abusos en nuestras comunidades y así hacer de ellas lugares de encuentro, seguros y transparentes, donde todos se sientan acogidos y respetados. Buscaremos estar más cerca entre nosotros, los sacerdotes, atentos a las señales que indiquen cualquier atisbo de abuso, de manera de poder prevenirlos y ayudarnos".
Con la "cercanía y apoyo de los laicos", los sacerdotes manifestaron su disposición a colaborar con la justicia civil, "ayudando a que se logre transparencia y se apliquen las sanciones correspondientes".
Los sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago esperan "que este tiempo de purificación nos convierta en una Iglesia menos poderosa a los ojos del mundo, pero, a los ojos de Dios, más cercana y misericordiosa, menos envuelta en el poder y más en el servicio".
"Necesitamos, junto con laicos y consagrados, colaborar en el cambio tan necesario para poder dedicarnos con libertad a lo más nuestro, que es el anuncio del Evangelio y el servicio a los hermanos", concluye la misiva.