El sobrino del Papa Francisco, José Ignacio Bergoglio, que estuvo recientemente junto a su tío en el Vaticano, aseguró que lo ve con mucha energía y vitalidad a 6 años del inicio del Pontificado.

"Lo veo muy bien. Con mucha energía, mucha vitalidad, decidido sobre lo que está haciendo y el camino que ha tomado sabiendo que está siendo guiado por el Espíritu Santo", expresó José Ignacio al programa EWTN News Nightly.

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Por otro lado, el sobrino del Papa, quien aprovechó la luna miel de miel junto a su esposa Marina Muro para visitar a su tío, aseguró que el Santo Padre sigue siendo la misma persona de siempre, humilde y divertida, que solía vivir en Buenos Aires.

"Francisco no dejó de ser Jorge. Su sentido del humor está intacto. El mismo día que de Cardenal pasó a ser el Papa Francisco yo me encontraba en Argentina, eran las 10 de la noche y el teléfono había estado sonando todo el día desde el anuncio. Yo levanté el teléfono y escuché una voz extraña decir: 'Hola'. La voz me sonaba familiar, pero no sabía quién era. Cuando pregunté su nombre, la voz me dijo: 'Es Jorge, pavote (tonto)'", contó.

En otro momento de la entrevista, José Ignacio aseguró que su tío lo inspiró a crear en Argentina la Fundación 'Haciendo Lío', la cual se dedica a brindar calidad de vida a los más vulnerables de la sociedad con programas de capacitación y reinserción laboral. Junto a su esposa y cerca de 900 voluntarios llevan adelante esta ONG.

"(La pobreza) no se erradica simplemente con asistencialismo, con llevar un plato de comida, sino lo que queremos es brindar herramientas para que la gente pueda convertirse en mano de obra calificada para tener igualdad de condiciones en su desempeño social, y para tener igualdad de condiciones para poder conseguir un puesto de trabajo", explicó José Ignacio.

La relación de José Ignacio Bergoglio y su tío el Papa Francisco

A través de su cuenta de Facebook, el sobrino del Papa recordó el inicio el Pontificado de Francisco. Aseguró que tuvo una "mezcla de sentimientos encontrados" que le "invadió todo el cuerpo" al escuchar el anuncio.

"Estaba feliz porque teníamos un nuevo Papa, jesuita y Argentino. Estaba triste, porque no sabríamos cuando lo volveríamos a ver. Y de pronto entendí, que a partir de ese momento Jorge era 'el Papa de todos'. Se lo habíamos prestado al mundo para siempre", sostuvo.

José Ignacio nació en una familia católica humilde; es hijo de María Elena Bergoglio, la hermana del Papa Francisco.

"Me crié sin figura paterna pero encontré en mi tío, un gran pilar para mi desarrollo personal. En los momentos difíciles, siempre estuvo él, con su mirada tierna y firme, guiándome por caminos indicados. Jorge, fue quien me dio la primera comunión y más tarde la confirmación, al igual que yo, él era amante del fútbol".

José Ignacio contó que su padre biológico lo abandonó cuando era un bebé y su madre intentó "jugar el papel" de ambos para darle una figura paterna.

"Por fortuna mi madre tenía un hermano, mi tío. Jorge me enseñó que la humildad, el respeto por el otro y la empatía son valores que se aprenden dentro de casa. Hoy puedo decir que gran parte de lo que soy y de lo que hago por la sociedad es consecuencia de la influencia que mi mamá, María Elena, y mi tío, Jorge, ejercieron sobre mí y me enseñaron en mi infancia", relata.

Más adelante, el sobrino del Papa dijo que los recuerdos de su tío cuando vivía en Argentina, "van de la mano de su trabajo como obispo y arzobispo", a través de los "proyectos y acciones solidarias y comprometiéndose con cada causa a la que se acercaba".

"Si pienso en retrospectiva, no debería haberme sorprendido que se convierta en el santo pontífice; ya que siempre tuvo la capacidad, el carisma y la sensibilidad para serlo. Lo que sí me generó y me sigue generando es orgullo y admiración, porque incluso hoy me sigue enseñando y orientando –a mí y a millones de jóvenes- hacia lo que es realmente importante", afirma José Ignacio.

Finalmente, recalca que su actual trabajo, liderando la fundación "Haciendo Lío" materializa todo que su tío pudo inculcarle.

"Me inunda de felicidad saber que ambos estamos trabajando día a día para lograr una sociedad que obra con más fe y paz y menos injusticias. Hacer lío hoy forma parte de mi filosofía de vida, y voy a estar eternamente agradecido a mi tío por ello", concluyó.