El P. Francisco de Borja Pérez Garre, párroco de la Parroquia San Rafael Arnáiz en Madrid (España), denunció que entre la noche del 9 y la madrugada del 10 de marzo desconocidos ingresaron a robar y se llevaron, entre otras cosas, la Eucaristía.
En un sentido mensaje remitido a ACI Prensa, el sacerdote lamentó que "se han llevado a mi Señor".
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"En la noche del sábado 9 al domingo 10 de marzo entraron en nuestra parroquia para robar y además de los destrozos habituales, consiguieron echar abajo la estructura que soporta al sagrario y reventaron la puerta del mismo", dijo.
"Para robar el copón tiraron al suelo las formas y lo peor es que se llevaron la cajita con el viril de la custodia", añadió.
El sacerdote precisó que "la caja en sí no tiene valor, pero se han llevado a nuestro Señor".
"Agradecemos todas las oraciones por quienes han perpetrado el pecado más horrendo que puede perpetrarse. Más aún agradecemos las oraciones para desagraviar a nuestro Señor", expresó, y señaló que "algunos feligreses buscaron por entre las basuras, a ver si habían arrojado allí a nuestro Señor".
"En todo caso, quería deciros que este atentado nos tiene que llevar a nosotros a amarle más, a amarle por los que no le aman, por las veces que no le hemos amado lo suficiente", dijo.
El sacerdote indicó que han celebrado una Misa de desagravio junto al vicario episcopal de la Arquidiócesis de Madrid, y añadió que se celebrará una Misa de reparación el jueves 14 de marzo a las 8:00 p.m. (hora local) con el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro.
"Luego tendremos nuestro acostumbrado rato de adoración al Santísimo, para ofrecernos especialmente al Señor", señaló.
El párroco lamentó que "es horrible que siempre acabemos haciendo daño al único que sólo merece amor. Todo el mundo le echa la culpa de todos sus males y El nunca recrimina nada, sólo espera, está cerca y nos lo da todo. Señor, perdónanos y enséñanos a perdonar".
"Mientras tanto, te ofrecemos el verdadero desagravio que esperas de nosotros. Te vamos a buscar porque te lo mereces, te queremos amar con toda nuestra vida y en todo lo que hagamos porque sólo Tú eres grande, sólo Tú, Señor. Sólo Tú Altísimo Jesucristo en la gloria de Dios Padre. Amén".
"Muchas gracias por todas vuestras muestras de cariño y cercanía y sobre todo por todas las oraciones que hacéis para acompañar al Señor en su Cruz. ¡Que Dios os bendiga!", finalizó.