Como ya es tradición, este Miércoles de Ceniza el Papa Francisco se trasladó del Vaticano a la colina del Aventino de Roma para celebrar la primera estación de la cuaresma en la iglesia de San Anselmo y posteriormente la Misa en la basílica de Santa Sabina.
Al comienzo, el Santo Padre deseó "la paz esté con ustedes" después de que los monjes benedictinos entonaran el tradicional himno 'Audi, benigne conditor' que recuerda la importancia de la penitencia.
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Luego, el Papa rezó esta oración: "Acompaña con tu benevolencia, Padre misericordioso, los primeros pasos de nuestro camino penitencial, para que a la observancia exterior corresponda una profunda renovación del espíritu".
Después, los presentes entonaron la letanía de los santos mientras que comenzó la procesión de diáconos, sacerdotes, monjes benedictinos, obispos y cardenales presentes y en la que, por último, el Santo Padre realizó a pie hacia la Basílica de Santa Sabina, donde el Papa celebra la Misa con el rito de la bendición e imposición de la ceniza a los fieles.
Tradición antigua
Las estaciones son un antiguo rito que invitan a los fieles a detenerse para meditar sobre la Pasión del Señor antes de continuar con sus quehaceres cotidianos. Tradicionalmente los romanos se detenían, cada día de la cuaresma, delante de una de las iglesias del centro de la ciudad en memoria de los mártires.
De este modo, la primera de las estaciones cuaresmales se celebró este Miércoles de Ceniza en la iglesia de San Anselmo en la colina romana del Aventino.
El Obispo Auxiliar del sector centro de la Diócesis de Roma, Mons. Gianrico Ruzza, señaló que los romanos "celebramos con ánimo alegre la tradición de las estaciones cuaresmales que se unen, en la memoria litúrgica y espiritual, a la Iglesia diocesana naciente que, desde los primeros siglos de su vida, ha querido subrayar la importancia del tiempo litúrgico preparatorio a la Pascua".
Por otra parte, el Director de la Oficina Litúrgica de la Diócesis de Roma, P. Giusepppe Midili, explicó que "el recorrido de las estaciones cuaresmales en Roma expresan el deseo, la vocación y la necesidad de ser peregrinos en la ciudad en la que se vive".
"Es un itinerario penitencial que nos ayuda a redescubrir la perspectiva de santidad a la cual estamos llamados. Nos detenemos en los lugares donde los mártires han dado la vida para redescubrir el sentido de nuestra existencia. Recorremos la vida de la ciudad de Roma y de cada ciudad, y redescubrimos que el lugar en el cual se desarrolla nuestra vida cotidiana ha sido habitado por santos, mártires…, testigos".
Esta mañana, durante la audiencia general el Papa Francisco deseó "un feliz comienzo del tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión y de misericordia: que la oración, la limosna y el ayuno nos ayuden a renovar nuestra vida cristiana, participando en la Pascua del Señor".