El Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, declaró que la prioridad actual en la Iglesia en China es llevar a la práctica el acuerdo alcanzado el pasado 22 de septiembre con la República Popular China sobre el nombramiento de Obispos en el país asiático.
En declaraciones recogidas y difundidas por Vatican News este viernes 1 de marzo, el Cardenal Parolin explica que "el acuerdo con China ha exigido un gran trabajo. Ha sido un trabajo largo, pero, finalmente, lo hemos conseguido, y esperamos que verdaderamente pueda dar frutos para el bien de la Iglesia y del país".
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"El próximo paso", señaló, "será ejecutar el acuerdo sobre el nombramiento de Obispo, es decir, hacerlo funcionar en la práctica".
El acuerdo alcanzado con las autoridades comunistas chinas implica, según explicó la Santa sede, la readmisión "en la plena comunión eclesial a los Obispos 'oficiales' ordenados sin mandato pontificio" que todavía no estaban en comunión con Roma.
El Vaticano defendió en todo momento que se trata de un acuerdo pastoral, no político, que permitirá a la Iglesia cumplir su misión de difundir el Evangelio.
Con ese acuerdo, se puso fin a décadas de desencuentro diplomático entre la Iglesia Católica y la China comunista.
La política del Partido Comunista Chino contra la libertad religiosa supuso la división de la Iglesia en China en dos instituciones: la Iglesia Patriótica China, leal al Partido Comunista, y la conocida como "Iglesia clandestina", en comunión con el Pontífice.
Después de años de complicadas negociaciones, la última gran cuestión sobre la que había desacuerdo y que impedía la normalización de las relaciones era precisamente el nombramiento de Obispos.
Las autoridades chinas se negaban a aceptar los nombramientos de Obispos realizados por el Papa e insistían en nombrar ellos a los titulares de las sedes episcopales, algo rechazado por el Vaticano.
Los obispos legítimos que permanecen fieles al Papa viven una situación cercana a la clandestinidad, permanentemente asediados por las autoridades comunistas.
Antes de la firma de este acuerdo, todo obispo reconocido por el Gobierno chino debe ser miembro de la asociación patriótica, y muchos obispos nombrados por el Vaticano que no son reconocidos o aprobados por el Gobierno chino han enfrentado persecución.
Ahora, en virtud del acuerdo alcanzado, esta situación llegaría a su fin. Sin embargo, el acuerdo ha encontrado con una oposición interna en la Iglesia.
Entre las voces opositoras cabe destacar la del Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen ze-kiun, quien en enero de 2018 publicó una carta en la rechazaba la posibilidad de que el Vaticano solicitara la renuncia a los obispos chinos nombrados por el Papa para reconocer a los prelados nombrados por el Gobierno chino.
En su carta, el Purpurado decía también que "el problema no es la renuncia de los obispos legítimos, sino el pedido de hacer espacio para aquellos ilegítimos e incluso excomulgados".
"¿Creería yo que el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China? Sí, definitivamente, si es que van en la dirección en la que están, según lo que han venido haciendo en los últimos años y meses", afirmaba el Cardenal.