El Arzobispo de Brisbane (Australia), Mons. Mark Coleridge, está siendo investigado por su exarquidiócesis por un presunto mal manejo de información sobre abuso sexual infantil que le dio una mujer durante una reunión en 2006.
Como Presidente de la Conferencia de Obispos de Australia, Mons. Coleridge asistió a la cumbre del Vaticano del 21 al 24 de febrero sobre la protección de los menores en la Iglesia.
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El diario Guardian Australia informó el 25 de febrero que "la queja contra Coleridge se relaciona con una reunión en 2006 con una mujer de Canberra que ofreció información sobre abuso sexual infantil".
Según el medio, la mujer estaba relatando información sobre abusos en la Arquidiócesis de Canberra-Goulburn, a la que Mons. Coleridge fue destinado en junio de ese año. El Prelado tomó posesión el 17 de agosto.
De acuerdo al diario, se dice que Mons. Coleridge llamó chismosa a la mujer "y actuó agresivamente contra ella". Sin embargo, el Arzobispo ha negado las acusaciones.
Un representante del Arquidiócesis de Canberra-Goulburn dijo a Guardian Australia que está realizando una investigación independiente, pero que esta se ha retrasado porque la mujer no participa.
"El Arzobispo Mark Coleridge cooperó con la investigación y refutó las acusaciones. Cuando (la demandante) fue invitada a cooperar con la investigación independiente, ella optó por no comprometerse con el proceso. En su lugar, optó por llevar estas acusaciones a los medios de comunicación, lo que es profundamente decepcionante".
La Arquidiócesis de Sydney también ha sido informada de las acusaciones.
Mons. Coleridge nació en 1948 y fue ordenado sacerdote de la Arquidiócesis de Melbourne en 1974, donde luego se convirtió en Obispo Auxiliar en 2002. Fue Arzobispo de Canberra-Goulburn de 2006 a 2012. Luego fue trasladado a la Arquidiócesis de Brisbane.
El Prelado dio la homilía durante una Misa celebrada el 24 de febrero en la Sala Regia del Vaticano, al concluir la cumbre de maltrato infantil, durante la cual dijo que "a veces hemos visto víctimas y sobrevivientes como el enemigo. Hemos sido nuestro peor enemigo".
El Arzobispo de Brisbane también lamentó el débil cuidado histórico de las víctimas de abuso sexual, e instó a "formas muy prácticas de acompañar a todos los que han sido víctimas de abuso".