"Esa idea de separar la Iglesia del Estado, en el fondo, viene a contradecir toda la gran tradición histórica nacional", advirtió en su reciente reflexión el Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer.

En su reflexión del 16 de febrero en el programa Claves para un Mundo Mejor, en Canal 9, Mons Aguer se refirió a las reacciones de los llamados "pañuelos verdes" y otros grupos "más laicistas o de izquierda" cuando en agosto de 2018 el Senado rechazó el proyecto de ley del aborto.

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Explicó que estos grupos "promovieron el proyecto de separar la Iglesia del Estado" y frente a esto "habría que ver qué significa esa expresión. ¿Es que ahora la Iglesia está juntada o no sé qué? Esa idea de separar la Iglesia del Estado, en el fondo, viene a contradecir toda la gran tradición histórica nacional".

El Arzobispo Emérito de La Plata explicó que "ya la Primera Junta de Gobierno, el 25 de Mayo de 1810, decía que 'proveerá por todos los medios a la conservación de nuestra religión santa'. El 24 de marzo de 1816, el ya reunido Congreso de Tucumán juró 'conservar y defender la religión católica'".

Mencionó además una serie de estatutos provisionales que indican lo mismo y finalmente la Constitución de 1853, que "como todos sabemos incluye ese artículo 2° donde se dice que 'el Gobierno Federal sostiene el culto católico, apostólico, romano'".

Es decir, "la religión católica ocupa un lugar fundamental en la estructura institucional del país" y "vemos que hay antecedentes muy claros acerca de qué quisieron hacer nuestros padres fundadores".

Mons. Aguer explicó que Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la Constitución Argentina, dijo que "la Confederación adopta y sostiene el culto católico y garantiza la libertad de todos los demás" y, por tanto, "será necesario consagrar el catolicismo como religión del Estado sin excluir el ejercicio público de los otros cultos cristianos".

"Esto viene muy al caso de lo que está pasando hoy", reflexionó el Arzobispo. "Desde el fracaso de la ley abortista le echaron la culpa a la religión católica como si el aporte de nuestros hermanos evangélicos no hubiera sido fundamental para movilizar al pueblo contra semejante atropello", añadió.

"No fue solo la Iglesia Católica la responsable, pero los laicistas de siempre aprovecharon la situación para desembolsar su viejo proyecto diciendo: 'Vayamos más allá, saquemos el artículo 2° de la Constitución y desliguemos completamente al Estado de la religión católica'", sostuvo.

Frente a esto, Mons. Aguer cuestionó: "¿Qué quedará de todo esto? No lo sabemos muy bien. Sabemos sí que el Episcopado argentino hizo un gesto, un signo generoso", refiriéndose a la renuncia del financiamiento del Gobierno que correspondía a un 0,005 % del Presupuesto Nacional.

Para el Prelado, la cuestión clave es que "si renunciamos a esa tradición que dice cuál es el papel de la Iglesia Católica en la estructura institucional de la Argentina, y si aceptamos incluso renunciar a esos 130 millones de pesos, lo que habría que exigir es que queden abolidas todas esas leyes inicuas que se han promulgado en los últimos años; leyes que destruyen la familia, la escuela y demás. O declaremos que la Argentina es un país ateo, un país anticatólico".

"Esto no son sutilezas sino cuestiones fundamentales y me parece que las referencias que hice de las declaraciones, estatutos y aún de la Constitución Nacional, en las que se ve que hay una tradición histórica en la Argentina que señala cuál es el papel de la Iglesia Católica, a eso ni la Iglesia ni los argentinos podemos renunciar", concluyó Mons. Aguer.