Este lunes 18 de febrero el Cardenal colombiano José de Jesús Pimiento Rodríguez, el más anciano del mundo, cumple 100 años de vida.
En declaraciones a EWTN Noticias el Purpurado relató, entre otras cosas, cómo recibe este cumpleaños, que es lo que más destaca de su servicio a la Iglesia y cómo debe ser un católico a los ojos de Dios.
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Al llegar a esta edad, el Cardenal dijo sentirse "muy agradecido con Dios y aquí con la conferencia episcopal porque me recuerdan la deuda con el Dios de la vida. La vida es una maravilla, pero desafortunadamente uno no la sabe apreciar suficientemente y no la sabe manejar con el acierto y provecho necesarios".
La vida, dijo el Arzobispo Emérito de Manizales, "es un don porque es participar de la vida misma de Dios. Entonces uno va comprendiendo que vale mucho y que por la limitación humana uno no da la altura de lo que debió ser, pero lo conforta a uno que somos parecidos a Dios porque Él le comunica a uno su imagen y semejanza".
El Cardenal Pimiento, que también fue Obispo de Garzón y de Montería, afirmó que lo más importante para él ha sido "comprender la paternidad de Dios. La primera enseñanza de Dios es que era muy lejano en la eternidad. Cuando entiendo que Él quiso ser nuestro Padre, que fuéramos hermanos de Jesús, entonces la vida se vuelve manejable, soportable y agradable en el sentido de que se siente uno amado de Dios".
Sin embargo, precisó, "jamás llega uno a entender totalmente ese amor" porque "uno cree que no vale más que lo que es"; pero, aclaró, "Dios sí lo quiere a uno como quería a Jesús, el Hijo de las complacencias".
"Cuando uno va entendiendo eso la vida se alivia, se conforta uno y siente la responsabilidad de vivir esa relación con un Padre infinito", agregó.
El Cardenal también dijo a EWTN Noticias que el Señor "lo va llevando a uno de la mano de todas maneras. Uno en las manos de Dios es como un muñequito en las manos de su Padre".
"Si uno se deja y comprende que eso es lo que Dios quiere, uno maneja mejor la vida. Entonces, para cada persona Él tiene una tarea en la vida y cumplirla es el éxito de uno. Yo me di cuenta a tiempo que quería ser sacerdote, pero no entendía bien que Dios me estaba llamando por su cuenta y riesgo", explicó.
"Cuando ya entendí un poco eso en el seminario ya me entregué con más voluntad, pero todo en mí no ha sido éxito de hacer cosas importantes, sino hacer lo que Dios me va pidiendo, haciendo un esfuerzo porque no soy capaz de mucho, pero sabiendo que Él es el que hace la obra buena y uno es el que hace las fallas", dijo el Cardenal.
"Uno es débil y por tanto falla en mucho en no hacer totalmente el plan de Dios, pero Él lo va realizando a pesar de uno porque es amor, Padre total y misericordioso con uno", destacó.
Su vida
El Cardenal Juan de Jesús Pimiento Rodríguez nació en Zapatoca, municipio de Santander (Colombia), el 18 de febrero de 1919. Fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1941 para ejercer su ministerio en la Diócesis de Socorro y San Gil.
Fue nombrado Obispo Auxiliar de Pasto por el Papa Pío XII el 14 de junio de 1955, cuando tenía solo 36 años. Su consagración episcopal se realizó el 28 de agosto del mismo año en la Catedral de Bogotá.
Fue nombrado Obispo de Montería por el Papa Juan XXIII el 30 de diciembre de 1959, cargo que ejerció desde el 1 de mayo de 1960. También fue Obispo de Garzón-Neiva (Huila); este nombramiento se realizó el 29 de febrero de 1964.
Fue nombrado Arzobispo de Manizales el 23 de mayo de 1975 y se retiró el 15 de octubre de 1996, cuando San Juan Pablo II aceptó su renuncia por haber llegado a los 75 años, límite de edad para el servicio episcopal.
El Cardenal Pimiento fue Padre Conciliar durante el Concilio Ecuménico Vaticano II entre los años 1962 y 1965.
Fue delegado participante para las Conferencias Generales II, III y IV del Episcopado Latinoamericano celebradas en Medellín (Colombia) y Puebla de los Ángeles (México). También participó en la Conferencia General de Santo Domingo en República Dominicana en 1992.
En julio de 1972 fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, cargo que ejerció durante dos períodos consecutivos hasta 1978.
El Papa Francisco lo creó cardenal el 14 de febrero de 2015, cuando estaba por cumplir 96 años de edad.
El Cardenal Pimiento realizó grandes esfuerzos para aplicar el Concilio Vaticano II, impulsando la pastoral arquidiocesana. Emprendió diversas obras eclesiales de interés local y nacional, como el Centro de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Manizales, CECAM, la Casa Juvenil, la Casa de Orientación de la Joven, entre otros importantes proyectos.
Su vida se desarrolló bajo el pontificado de siete Papas: Pío XII, San Juan XXIII, San Pablo VI, Juan Pablo I, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
En una entrevista concedida al diario colombiano El Tiempo el 11 de febrero de este año, el Cardenal Pimiento comentó que fue con San Pablo VI con quien tuvo una particular cercanía y que el Pontífice "me trataba con mucha familiaridad".
"El Papa me recibía con mucho cariño, me daba muchos consejos y nos hicimos amigos, yo lo frecuentaba mucho", agregó.
Sobre su vocación sacerdotal, el Cardenal recordó que su madre lo "llevaba todos los días a Misa a las 5 de la mañana, yo me lo pasaba dormido allá. Pero eso me aficionó a la Eucaristía, sin saberlo. A los 8 años, tal vez, fui acólito y eso me acercó más al Santísimo. Ahí fue como creciendo la vocación. Eso prueba que Dios lo va llevando, sin darse uno cuenta, a comprender que ahí está Él".