El Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas (Venezuela) afirmó que próximo encuentro mundial de obispos sobre la protección de menores, convocada por el Papa Francisco del 21 al 24 de febrero en el Vaticano, es un aliento para la renovación de la Iglesia.
"Se tratarán tres temas principales: la responsabilidad pastoral y jurídica de los obispos y superiores generales ante los casos de abuso sexual; la necesidad de transparencia, es decir, que no haya ocultamiento de los casos; y la propuesta de medidas y métodos para prevenir esos actos pecaminosos y delictivos, y sancionar debidamente a los culpables de abuso sexual de menores", escribió el Cardenal en un artículo titulado "Reunión sobre protección de menores: Un llamado a renovación espiritual (ef 4,17- 5,3)".
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En el texto enviado a ACI Prensa por el mismo Cardenal Urosa, el Purpurado dijo que si bien "hay muchas expectativas" sobre el encuentro, "el mismo Papa ha prevenido al respecto, para que no haya frustración. En 4 días no se podrá resolver todo".
A esta reunión han sido convocados los obispos presidentes de las 115 conferencias episcopales del mundo entero, los patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas y los encargados de los dicasterios del Vaticano.
El Arzobispo Emérito de Caracas resaltó que en el evento "habrá un clima de oración y de reflexión para la búsqueda de soluciones. Es de esperar que, como parte del estudio de los temas propuestos, en ese ambiente se aborden las causas profundas del fenómeno".
"Es importante que se busque solución al problema del clericalismo, entendido como abuso del poder eclesiástico por parte de los culpables de esos delitos. Y me parece que será necesario también abordar el tema de las faltas en sí mismas, es decir, los pecados y fallas en la vivencia de la castidad consagrada al Señor, que se quebranta con una actividad sexual inmoral y delictiva", escribió.
"Es importante también tener en cuenta que la mayoría de los abusos de menores son relaciones homosexuales con adolescentes. Esto exige atención, solución y corrección", precisó el Arzobispo Emérito.
Tras recordar que "los abusos contra menores son pecados contra el sexto mandamiento en general", el Cardenal subrayó que esto "denota un oscurecimiento de la conciencia moral por parte de algunos, con la fragilidad en la vivencia de la castidad, con el relativismo moral que minimiza la gravedad del pecado, con la infidelidad a la consagración a Dios en el celibato sacerdotal y en los votos religiosos".
El Cardenal Urosa subrayó que este encuentro constituye "un vivo y positivo llamado a la renovación interior de todos nosotros, ministros de la Iglesia y consagrados. Se trata de renovar nuestra consagración a Dios en respuesta a la hermosa vocación de entregarnos totalmente al Señor como lo hizo San Pablo".
También, dijo el Purpurado venezolano, debe hacerse "un llamado a los formadores de sacerdotes y de consagrados en nuestros seminarios y casas de formación. Es preciso que se insista y eduque los formandos en las enseñanzas sobre la legítima sexualidad, la motivación a vivir la castidad perfecta, la fidelidad a la palabra dada, la prudencia y sabiduría para evitar y superar las tentaciones".
Es de esperarse, además, que "los formadores sean prudentes y a la vez estrictos en formar bien a los que se vean con auténtica vocación, y retiren u orienten a los que no tengan vocación al celibato o a la castidad consagrada, para que vayan por el camino normal de la vida seglar, en el matrimonio o soltería. Pero que no se carguen a sí mismos con fardos que no podrán soportar".
"Ojalá esta reunión oportunamente convocada por el Papa Francisco llame a una vivencia más fiel, más elevada y auténtica de la consagración a Dios y a la observancia estricta de la castidad", manifestó el Cardenal Urosa.
El Purpurado expresó también su deseo de que "en este mundo erotizado y relativista, que rechaza normas y limitaciones, los sacerdotes del Señor y los consagrados seamos realmente testigos del Reino de Dios, del amor total de Cristo a la Iglesia y a la humanidad, y del futuro Reino de los Cielos".
"Para ello: que se haga un vivo, intenso y positivo llamado a la renovación espiritual a todos los sacerdotes y consagrados. Acojamos el llamado de San Pablo a la renovación espiritual. 'Renuévense en el espíritu de su mente'", concluyó.