Cuando tenía 11 años, James Grein sufrió abusos sexuales por parte del excardenal Theodore McCarrick, expulsado del estado clerical el 16 de febrero. Ahora con 60 años, este hombre relata su testimonio que ha sido una de las piezas esenciales para poder condenar al exarzobispo de Washington.
Por medio de su abogado, Grein difundió su testimonio en el que narra cómo McCarrick abusó de él durante años aprovechándose de su situación de poder.
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Reconoce que "he tenido que participar con profunda tristeza en el juicio canónico contra mi abusador. Nada podrá devolverme mi infancia y no me ha supuesto ninguna satisfacción testificar y discutir lo que me pasó".
"Aquí no ha ganadores", asegura. "Dicho esto, estoy contento de que el Papa me haya creído". "Espero que nunca más el Cardenal McCarrick pueda utilizar el poder de la Iglesia de Jesús para manipular a las familias y abusar sexualmente de los niños".
En su testimonio, James Grein hace un llamado a la esperanza y a la regeneración de la Iglesia: "Católicos y víctimas de abusos, es hora de limpiar la Iglesia. Nuestra Señora está trabajando en ese proceso", afirma.
Además, pronuncia duras palabras contra su abusador, el excardenal McCarrick, de quien dice que "ha perseguido a la Iglesia durante los últimos 50 año. Una Iglesia que ha sido amputada de Jesús. Dirigida por hombres que han elegido adorar al dinero, al poder, a la codicia. Justo lo opuesto a la santa enseñanza de Dios".
"Esto tiene que cambiar. La Iglesia a la que quiero regresar es la Iglesia de Jesús", concluye.
El excardenal McCarrick, de 88 años de edad, sirvió como Obispo Auxiliar de Nueva York, Obispo de Metuchen, Arzobispo de Newark y Arzobispo de Washington.
El pasado 11 de enero, la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó a McCarrick por los delitos de insinuaciones en la confesión y violación del Sexto Mandamiento del Decálogo con menores y adultos, con el agravante de abuso de poder. La sentencia se confirmó el pasado 13 de febrero.
Como consecuencia, se le impuso la pena de la dimisión del estado clerical sin posibilidad de recurso de apelación alguno.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer esta noticia unos días antes del inicio en el Vaticano del encuentro mundial de obispos sobre la protección de menores en la Iglesia que se realizará del 21 al 24 de febrero.